Capítulo 18 "Tras la Alambrada de Púas"

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🌟NOTA DE LAS AUTORAS🌟

Banda, se viene un capítulo extralargo de nuestro cínico favorito, pero esperamos concuerden ante el hecho de que nos lo merecemos... Merecemos comprender el enigma de uno de los mejores personajes del Allegory, el por qué hizo lo que hizo, y por qué está tan chiquito.

Nos tardamos una eternidad editando, ¡pero es para darles lo mejor que podemos porque ustedes lo merecen!
¡Disfruten el capítulo y nos vemos en comentarios!

***

Latidos orquestaban los alrededores de aquel cada vez más pequeño aunque reconfortante espacio donde habitaba. No podía abrir los párpados, y sin embargo su sensación le reconfortaba puesto que era consciente, desde que su cerebro fue formado, que ese era su hogar.

- ¿Cómo lo vamos a llamar? ¿Randy Jr.? -pregunta la voz de un hombre entusiasmado, siendo levemente amortiguada por el sonido que le circundaba.

- ¡No quiero que el niño se llame como tú, capaz se le pegue lo pendejo! ¡Mejor llámenlo Billy! -interrumpe una voz anciana.

- ¿Así no es como se llamaba tu elfo doméstico, abuelo? -preguntó una voz más infantil.

- Cállate, Kelly –le responde el anciano.

- Es Shelly.

- Creo que... Stanley sería un buen nombre –alega una voz femenina, retumbando en su hogar e indicando que se trataba de la creadora: su madre.

- ¿Stanley?... -pregunta el hombre curioso- Stanley Marsh. ¡Suena bien! -se acercó al vientre- ¡¡Stanley!! ¡¡Stan!! ¡¡Sal de allí rápido que papá te quiere conocer!!

- ...

- Y por esa razón es que el niño se debería llamar como sea, menos como tú... -agrega el anciano.

Y la espera porque Stanley naciera no fue tan larga, abriéndose sus ojitos por primera vez ante los focos de la habitación del sanatorio, los cuales al ser interceptados por aquella luz cegadora le causaron el llanto. La mujer, hermosa y cansada, le sobrecogió en sus brazos.

Todos sus familiares yacían alrededor de un pequeño Stan en brazos de Sharon, quien le miraba con amor.

- Es igualito a mí –alegó Randy orgulloso.

- Tan feo como tú... solo hace falta que no salga pendejo –agregó el abuelo.

- ... ¿Quieres cargarlo? -le ofreció su mujer. Randy, algo nervioso pero feliz, lo tomó en brazos. A él pertenecía la voz que solía escuchar muchas veces en su lugar feliz– Bienvenido, Stanley.

Stan lo miró por unos instantes, mordiendo su manita, para luego sonreír y extender las manos en su dirección, siendo abrazado con cuidado por su padre.

(...)

Pasaron los meses y Randy no tardó en tomar un rol protagónico en su vida, presentándole a su nuevo amigo Toallín sacado de la toallita favorita de Stan, a quien por medio de magia le otorgó ojos, y al cual manejaba por hilos mágicos como títere, montando obras que parecían no tener ningún sentido, mas hacían reír desacerbado al pequeño.

Al cumplir el año, Stancito ya aprendía a caminar, mientras Randy le esperaba a pocos metros de él, con los brazos extendidos.

- ¡Vamos, Stanley! ¡Tú puedes! ¡Tú puedes, campeón! -Stancito con algo de trabajo se levantó del piso, cayendo sentado algunas veces mas logró caminar– ¡Sharon! ¡Sharon! ¡Stan ya puede caminar! Ah... se cayó... -lo tomó en brazos cuando este rompió en llanto– Ya, ya... lo hiciste bien. ¡Caminaste 5 pasos! ¡Todo un campeón!

Allegory of Madness II: CRIMSON EYES || AU R18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora