Llevaba media hora en espera de que Sacifer terminara el papeleo con tal de recibir de una orden. Ya hacían varios los trabajos de asesitano que había hecho para él... algo trabajosos, pero nada que no pudiese manejar.
Según su entender, Sacifer era un viejo amargado de anticuado gusto en ropa pero al menos cumplía dándole la medicina de su madre, y un dinero para suplir cualquier necesidad que tuviesen.
Luego de revisar todas las carpetas de su celular, fotos y video con aburrimiento, miró a su jefe. Aún seguía sin terminar esos documentos estúpidos sin ordenarle nada. No es que estuviese exigiendo que le mandase a trabajar, simplemente estaba esperando a saber si debía hacer algo y, en caso contrario, que le dejase ir a la cabaña donde le esperaraba su madre. Estaba preocupado que algo le pasase.
- ¿Tienes algo que quieras decirme, muchacho? -preguntó Sacifer sin despegar su mirada de los papeles que tenía en frente. Ya comenzaba a molestarle la mirada insistente del Glitter Wizard.
- ¿Le falta mucho para terminar? Estoy esperando a que me dé órdenes... sino, me voy -le dejó en claro Trent.
- ... -Sacifer le miró de reojo- Te irás cuando yo lo diga. Espera a que termine mi trabajo y ya dispondré de ti -le dijo seriamente para retomar la lectura de los documentos frente a él. Trent solo resopló y se recostó de manera despreocupada en el lujoso sofá de cuero- Siéntate bien. Esta no es tu casa ni tus muebles -le ordenó Sacifer sin despegar sus ojos del papeleo. Trent volvió a resoplar y se sentó bien... Al menos por unos 5 minutos, ya que el aburrimiento le carcomía por lo que, mientras esperaba, decidió explorar la oficina un tanto, observando todo lo que en ella se hallaba.
No era su primera vez en aquella espectacular oficina, pero sí la única ocasión en que se detenía a observarla en detalle. Una habitación el doble de espaciosa que la sala y cocina juntas de la casa en que ahora vivía, donde a ambos lados de Sacifer se apreciaban amplios ventanales que daban lugar al risco y, no muy lejos de allí, un helado bosque donde cantaban los árboles cada que el viento acariciaba sus ramas.
Por ahora, observaba lo que parece ser un terrarium bastante bien cuidado, a lo que golpetea el cristal por curiosidad, haciendo que las plantas de la misma se retrajeran de miedo, más al cabo de unos segundos, volvieron a aflorar tranquilas. Se asombró un poco ante el comportamiento dichas plantas, y volvió a golpetear el vidrio con malicia un par de veces.
- Deja de hacer eso, me desconcentra -le regaña Sacifer.
Trent rueda los ojos cejando en su acción y busca con la mirada aburrida algo que ver, encontrando lo que parecía un globo terraqueo antiguo, aunque suspendido en el aire. Tocó su surpeficie, siendo húmedas las partes del mar y terrosas las continentales, e incluso podía hundir su dedo en las tantas dunas y bancos de arena. Le comenzó a dar vueltas, cada vez más rápido, mas un chasquido de los dedos del pelinegro detuvo el globo de dar vueltas, dando fin a la acción del chico.
Trent resopla ante la interrupción de su entretenimiento, yendo a investigar alguna otra cosa, encontrando la cabeza disecada de algún animal astado y desconocido para él... Quizás del mundo mágico. Tocó uno de los raros cuernos por casualidad, pero... este se despegó.
-... -Sacifer alzó la vista para verle enarcando una ceja.
-... ¡Eso ya estaba roto cuando lo toqué! -se justificó el pelinaranja. El Thorn suspiró buscando paciencia para seguir en sus labores y el muchacho, viendo que no fue regañado, siguió aventurándose por la oficina. Se paró delante de una armadura que le pareció cool aunque antigua. En una de sus manos se hallaba una daga peculiar, cuya oja obsidiana se veía bastante hermosa. La tomó con curiosidad para verla mejor, dándole vueltas ligeras como si un lanza-dagas circense fuese, pero no midió bien el movimiento y la daga se elevó demasiado para caer y clavarse justamente sobre un documento que recién Sacifer iba a firmar y estaba justo terminando de leer. Sacifer alzó la vista para mirarle.
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Allegory of Madness II: CRIMSON EYES || AU R18
FanfictionUno a veces ha de pensar -o darse cuenta- de que los buenos momentos y las cosas que amamos, solo están allí para convertirnos en esclavos suyos. Y a ello nos aferramos como si se nos fuese a ir la vida... hasta soltar el último hálito porque eso es...