Hogwarts estaba cada día más sombrío para aquellos que alguna vez sintieron este su hogar, dado que fue el inicio de muchas historias y amistades que, se supone, habrían de durar para siempre... mas no lo hicieron, dado todo lo que se sucedió demasiado pronto: Un Glitter Wizard prófugo y asesino, la muerte de un estudiante una manera aterradora, y por si fuese poco... la desaparición de un tercero.
Era como si el clima acompañase su humor, ya que el frío se colaba por las hendijas de las puertas, a pesar de apenas encontrarse a comienzos de noviembre... Y la soledad, abatía cada uno de los rincones, sobre todo para el núcleo de toda aquella tragedia: los que quedaron atrás, mas no ajenos a todo lo que había sucedido... Y estaba por acontecer.
Dos objetos valiosos de la escuela fueron robados: una Saeta de Fuego a nombre del joven Stotch y el Cáliz de Fuego adquirido por el campeón Lupin... y solo había alguien a quien culpar dado su desaparición: Kenneth McCormick, de la casa Gryffindor. Tendría sentido para cualquiera que no lo conociera, pero para aquellos que lo hacían y lo suficientemente bien... era todo lo contrario... provocando ira y desconsuelo en unos y otros.
Unos gemelos caminando por los pasillos tranquilamente, aunque un poco desanimados. Desde hacía unos días sus problemas financieros se habían agravado y eso les traía de mal humor. Mientras iban perdidos en sus pensamientos el rubio, que veía los alrededores con las manos tras su cabeza de manera despreocupada, comentó con notable preocupación.
- Oye, ¿soy yo o la atmósfera en Hogwarts está peor que cuando Tweek se fugó? -preguntó este a su hermano.
- Claro que está muchísimo peor, Phillip. ¿No oyes las noticias? Los acólitos están movilizándose a saber Dios qué están haciendo... todos están preocupados y asustados –dijo su mellizo pelinegro con obviedad, metiendo las manos en los bolsillos de su túnica. Soltó un suspiro cansado– Todo se está jodiendo tan rápido. Incluso nuestras ventas de artículos e información decayeron. Podemos decir que pasamos de miserables con poca plata a miserables en bancarrota...
- Odio que seamos pobres: ¡Lo odio! ¡Tuvimos que vender hasta nuestras escobas! Me duelen los pies de caminar... -protesta Phillip molesto por toda esa situación.
- Quizás no debimos decir nada a Tweek –mencionó el pelinegro– Al menos no creo que estaría siendo perseguido como un criminal... ni habría matado a nadie –su gemelo lo vio consternado, empezando a explicarle algunas cosas, enumerándolas.
- En primera: se la debíamos por el trabajo de Kevin. En segunda: Nos dijo que tomó la medicina. No sabíamos que se iba a poner "Modo Pesadilla" aun así. Y tercera: ... -se detuvo un momento y bajó la vista, suspirando rendido- ... Sí... quizás no debimos decirle... -concordó con su hermano. Tienen parte de culpa en esto. De repente recordó algo y miró con el ceño fruncido al pelinegro- Por cierto, ya que hablamos de eso. Terrance, un poco más y se te va el dato ese del Glitter que anda causando caos por ahí... -el mencionado recordó eso y se encogió regañado- Si ese "Pito de Gnomo" se enteraba iba a esparcir el chisme y a cundir el pánico. Se supone que eres el más precavido de los dos como para casi cagarla y no literalmente –le reprendió este.
- ¡Joder, lo sé! -dijo molesto este para pasarse una mano por la cara frustrado- Pero me cabreaba en serio ese estúpido. Mira que amenazarnos y compararnos con él. Nosotros tenemos principios... y tampoco quería que Tweek le pasara nada de eso...
Ambos quedaron en silencio unos instantes, hasta que Terrance soltó un resoplido.
- Deberíamos pensar en una manera de ganar más galeones. Tanto para nosotros como para ayudar a pagar las deudas...
- Expandir el negocio en otros ámbitos sería buena idea... -dijo el mellizo rubio mientras caminaban hasta que se le ocurrió algo- ¡Podemos vender a Christopher! -el pelinegro lo miró con una expresión aburrida.
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Allegory of Madness II: CRIMSON EYES || AU R18
Fiksi PenggemarUno a veces ha de pensar -o darse cuenta- de que los buenos momentos y las cosas que amamos, solo están allí para convertirnos en esclavos suyos. Y a ello nos aferramos como si se nos fuese a ir la vida... hasta soltar el último hálito porque eso es...