Capitulo 3; encuentros

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-thomas.

Los pitidos de la alarma incesantes destrozaron la serenidad de la habitación, los molestos sonidos me despertaron y como me era posible golpee fuerte el maldito aparato para que se callara. El sonido fuerte del golpe y de la alarma cayendo al sueño me obligaron a despertar definitivamente, medio dormido me levanté de la cama, mi habitación iluminada por los rayos del sol que entraban por las puertas dobles con vista al pequeño balcón y a la escalera de incendios tan larga como todo el edificio. Frente al espejo vi mi reflejo, mi expresión de dormido y mi cabello blanco revuelo, aunque siempre tengo el cabello revuelto y salvaje, esta vez era por haberme movido mucho mientras duermo. Me aproximé al espejo para ver con mas detalles los moretones de mi rostro, más específicamente los moretones que rodeaban mis ojos grises claros.

-vaya, imagine que los moretones habrían desaparecido ya -dije, y seguí preparándome mientras me cepillaba los dientes.

Algo bueno es que los hematomas en mi rostro ya tienen un tono amarillento y en cuestion de dias sanaran por completo, aun asi mi rostro parece una obra de arte abstracto callejero es como si tuviera un grafiti en la cara. Luego de varios minutos finalmente termine, me coloque un buzo rojo con capucha, unos pantalones de jeans negros y zapatillas del mismo color. Antes de ir por mi mochila y salir me miré una última vez al espejo.

-¿que miras maldita basura?. No me mires así que me enamoro -comente, una sonrisa mientras me tocaba la barbilla, repentinamente mi expresión se puso seria-. ¡¿me estás hablando a mi?!.

luego de que termine de fingir ser robert de niro en taxi driver frente al espejo sali del baño, tome mi mascara roja y mi gorro negro, los coloque en la mochila y sali corriendo del departamento, mama estaba trabajando y no habia nadie mas que yo en el departamento, cerre la puerta detras de mi apresuradamente. Finalmente en la calle, la fría brisa golpeó mí piel causando escalofríos en mí cuerpo. Baje la patineta y me fui moviendo mientras me impulsaba, cruzando las calles de Queens sin mirar a la gente que me evadía con algo de molestia en el rostro por ir en contracorriente.
Mí mirada fija en las expresiones de los peatones se distrajo cuando una sensación de ser constantemente observado apareció, extrañado y confundido observé a mí alrededor buscando a quien parecía observarme es algo extraño.

Dirigí mí mirada a la cima de algunos departamentos y edificios de 5 pisos del otro lado de la calle, no sé porqué creí haber visto una figura, probablemente fue un error de mí parte así lo descarte, y cuando iba a seguir mirando hacia delante un sujeto me golpeó con el hombro. El golpe me hizo tambalear y me vi obligado a bajar para no caer y dejarme en ridículo a mí mismo, choque a varias personas que me miraban y me insultaban por las molestias, si fuera un error podía haber seguido en mí camino, después de todo. ¿Cuál es la necesidad de armar un escándalo por un simple error?, Voltee a ver al sujeto que me chocó a propósito con la intención de tumbarme, ¿Por qué?, Fácil porque soy un adolescente y es fácil meterse con ellos siendo un jodido cuarentón.

-¡Fíjate por dónde vas! ¡Maldito niño retardado!.

Comento el sujeto de traje negro viejo, cejas pobladas, cabello largo atado en una cola de caballo, su rostro era como el antes y el después de un famoso que recayo en las drogas, así pero este sujeto es el después eso al mismo tiempo que su rostro era pateado por un caballo, parecía llevar un portafolios negro e ir apurado el tipo era alto y voluminoso. Tomé mí skate y lo mire con el ceño fruncido.

-Jodete, tu esposa no me llamaba así mientras se metía mí verga en la boca, imbécil -respondí, hice un gesto de escupir al suelo en su dirección.

-¡¿Qué dijiste?!.

Enfurecido cómo esperaba que reaccionara comenzó a perseguirme como un toro, un toro viejo con una prominente barriga. La gente nos miraba mientras algunos se sonreían por mí respuesta, obviamente no me detuve a ver todo esto ya que corrí apenas termine de insultar a su mujer.

Mi heroína rubiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora