Capítulo 10; Lobo con piel de cordero Parte l

393 25 0
                                    


Antes del aterrizaje brusco guarde mi teléfono incapaz de esconder mi buen humor por esa estupenda foto, cual pequeño terremoto el carrito chocó contra el suelo sacudiéndose como una maraca en el proceso. Creí que las ruedas se harían pedazos dejándonos derrapando eso si no volcamos primero por el salvaje movimiento, me sorprendió un poco que no necesite sujetarme del carrito. La fuerza con la que Thomas me sujeto en su abrazo fue bastante grande, no me lastimo y tampoco me despegue ni un centímetro del interior del carrito.

Logré sentir la diferencia corporal del antiguo T, del nuevo, a través de esa camiseta blanca con estampado de graffitis encima de un buzo negro. Había "MUCHA" diferencia entre el delgado y fornido estado actual que tenía, mi sentido del tacto superior me permitió sentir con lujo de detalle el cuerpo de T en contacto con mi espalda.

La firmeza de cada detalle de la musculatura de su torso en contacto conmigo a través de la ropa, no sabría cómo describir lo que sentí ya que para mí fue como verlo con mis propios ojos. Es como si ese cachorro de gatito, delgado y pequeño en un par de días se haya transformado en una poderosa, feroz y aterradora pantera negra, sus garras mas largas y afiladas como un cuchillo de cocina, su imponente cuerpo como una máquina lista para matar y su cara de depredador capaz de arrancarte un trozo de la cara de un mordisco. Ese mismo gatito delgado y pequeño, ahora era un felino terrible de fuerza explosiva, uno que aún seguía actuando como el mismo tonto y adorable gatito apesar de su inmenso cambio.

Los abdominales, oblicuos, deltoides y sobre todo los pectorales más definidos fueron una de las primeras cosas que logré sentir en cuanto me abrazó por la espalda, los anchos hombros y sus brazos. Fue una combinación de sensaciones e imágenes que surgieron en mi mente que por consecuente me hicieron imaginar todo lo que sentía mi espalda, jamás creí que su cambio había sido tan drástico cuando lo vi en el callejón hace un par de minutos atrás, simplemente lo atribui a que era más alto y que había hecho ejercicio anteriormente, y los resultados no se notaban por la ropa holgada que suele usar.

Pero santas las arañas, no podía haber estado más errada, ¡WoW! Es lo único en lo que pude pensar respecto a este cambio. No le hubiera dado importancia siendo honesta, entre el actual y el delgado no tengo preferencia alguna. No es que no considere a T físicamente atractivo porque.. si lo es pero no fue algo determinante para la situación actual entre ambos. Pero sin embargo ahora que estoy al tanto de este repentino cambio, siendo honesta no me quejo para nada.

-¿Me haces un favor? Pásame el paraguas en mi mochila.

-¿Qué? ¿Por qué tienes un paraguas si hoy no lloverá? -preguntó Thomas confundido, abrió mi mochila y sacó el paraguas doblado en el interior.

-¡Haré algo probablemente muy peligroso, así que sujétame fuerte de la cintura! -Dije, y desdoble el paraguas y me puse de cuclillas en el carrito.

-¡Supongo que intentar convencerte de lo contrario es inútil! ¡De acuerdo pero ten cuidado!

Me coloque de cuclillas y extendí mi mano con el paraguas, no hacía falta que él me sujetará porque no había forma de que me despegará de una superficie si yo no quería. Pero debía fingir un poco, aún así de todas formas, me gustaban ver cómo se preocupa por mí ya que es bastante tierno cuando lo hace. Los brazos de Thomas me abrazaron fuerte del abdomen y había llegado el momento que esperaba así como la razón por la que había extendido mi mano con un paraguas.

El carrito fue doblando a la derecha por el peso de mi cuerpo apoyado del mismo lado, cuando alcanzamos la esquina de la calle aumente mi fuerza sobre el agarre del Paraguas y la capacidad de adherencia de mi cuerpo en contacto con el carrito. El repentino sonido de golpe del Paraguas chocando contra el poste de señalización en el momento de engancharse con él, sentí el violento tirón por la fuerza tomada por nosotros y el carrito pareció que se volcaría en cualquier momento. Al estar sujeta del paraguas con una fuerza mayor a la del tirón, era increíble que el paraguas no se hubiera hecho pedazos. El carrito giro en semicírculo violentamente dirección a la calle a nuestra derecha.

Mi heroína rubiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora