Capitulo 14; ¿Quien quiero ser?

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-Thomas.






La terraza del alto edificio en la cual me encontraba, centrado en el paisaje lejano de la ciudad nocturna de Nueva York, deslumbrante pero solitaria de noche y movida de día con las personas en las calles transitando aglomeradas como hormigas brotando de su hormiguero. Los escasos transeúntes apenas visibles por lo alto del edificio en la delgada calle al asomar la cabeza desde la cornisa, las luces de las ventanas de los inmensos edificios circundantes y al mover mí mano la pantalla del teléfono iluminó mí rostro al acercarlo.

Triste pero impregnado con una pizca de culpa mis ojos se fijaron en la foto en mí teléfono, en la imagen el cabello caótico de Gwen hacia atrás por el viento. Nuestros rostros pegados pero felices y mí sonrisa honesta en mí cara, mientras hacía un signo de paz con la mano derecha.

-¿Cómo voy a confrontarla ahora? No sería raro que ya no quiera dirigirme la palabra -Comente, di media vuelta sin despegar la vista del lindo rostro de Gwen en la foto-. ¿seguro que no tuviste nada que ver?

-Para ser honesto, soy más víctima aquí que tú. En la simbiosis con un anfitrión, emociones poderosas tal como la rabia afectan a ambas partes.

-¿Quieres decir que es mí culpa?..

-Cállate y escúchame, cuando enfureces esa emoción se magnífica en mí lo que provoca que te afecte también.

-¿Como un ciclo de retroalimentación?

-Básicamente pero no todo es malo. Si no fuera por mí habrías matado instantáneamente a esos payasos al momento de golpearlos.

Volví a centrarme en mí foto con Gwen, lo que hizo que recordara la conversación que tuve con mamá hace unas horas.

Di un paso atrás dejando de abrazar a mamá lo que la confundió, limpie las comisuras de mí ojo para que ella no se diera cuenta que llore por unos momentos. Al menos debía aparentar para no avergonzarme, está conversación fue un golpe de realidad que necesitaba pero el sentimiento de alivio duró poco al recordar todo lo que le grite a Gwen.

A a esa chica que me aprecia mucho como para intentar calmarme y simplemente le grite que la odiaba, ¡Miércoles! ¡y si me hace caso y me deja de hablar! Entre más recordaba cómo trate a mis amigos y en especial a ella, había arruinado todo lo bien que había hecho ¡Otra vez!

Pase mis manos nerviosamente por mí rostro al recordar la expresión que ella había puesto cuando le grite literalmente en su cara, que era una mentirosa, que la odiaba, y que no quería volver a verla nunca más.

-Anda dime..

-¿Eh? ¿De qué estás hablando mamá? -pregunte confundido, no le diría esto sobre ella era algo vergonzoso.

-Lo que te molesta, mira tu rostro es obvio que estás preocupado por algo.

Mamá se cruzó de brazos esbozando una sonrisa mientras me miraba decidida a qué hablará, a este punto solté un suspiro aflojando mis hombros ya que cuando ella descubre algo no para hasta que saberlo. No puede ser es algo vergonzoso hablar de este tema con mamá, aunque ya sabe que me gusta Gwen no quería consejos pero se ve que no tengo muchas opciones ahora.

-Arruine las cosas con Gwen, lo eche todo a perder -Respondí decaído, entre más recordaba lo que dije peor me sentía.

-Aw, mira lo enamorado que estás. Sabía que era sobre la hija de George, la otra opción era la chica pelirroja, ¿Cómo era su nombre?.

-¿Mary Jane?.

En principio no comprendí a qué se refería con la otra opción, lo que me dejó pensando por unos instantes hasta que me di cuenta al abrir los ojos de la sorpresa y la vergüenza. Me asustaba como mamá era capas de conocer a mis amigos cuando en ningún momento se los habría presentado.

Mi heroína rubiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora