Capítulo 1

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Pov Samantha Rivera.

-Señorita Rivera, lamento mucho decirle que solo tengo trescientos mil dólares de dinero -la voz nerviosa, más bien aterrorizada llegó a mis oídos, y apreté los dientes con fuerza- pero tengo algo muy bueno para usted. Una de las últimas mercancías

-¡No me interesa ninguna de tus putas! Que te quede bien claro, Marco. Si no me devuelves mis jodidos quinientos mil dólares esta noche, eres hombre muerto -estampe el auricular del teléfono con fuerza y apoye ambas manos sobre mi escritorio, ignorando la mirada profunda que me dedico Vicky- Maldito hijo de perra

-El teléfono no tiene la culpa, deberías dejar de hacer eso siempre -murmuró con una tranquilidad exasperante mientras acomodaba el auricular en su base. Bufé y me deje caer en mi silla.

-Maldigo el día en el que se nos ocurrió hacer el trato con ese imbécil

-Ciertamente, no fue muy inteligente de nuestra parte. Pero tampoco muy inteligente de la suya intentando robarte tú parte del negocio. Nadie nunca pudo hacerlo sin sufrir las consecuencias

Me giré en mi silla y mire el gran ventanas a mi izquierda.

-Lo haré sufrir mucho más por haberme considerado una idiota

Vicky suspiró y se levantó, alisándose las inexistentes arrugas de su impecable traje azul.

-Lamentó tener que dejarte sola en uno de tus momentos de furia, querida amiga, pero debo ir a casa a hacer las pases con mi bella esposa, si me disculpas...

-¿Que sucedió con Nuvia ahora? -pregunte distraídamente.

-Lo de siempre, se enoja porque la sobreprotejo, dice que los guardias de seguridad son una exageración, igual que el coche blindado, y los franco tiradores. Ya sabes, no le gusta sentirse frágil, pero lo es... ella no pertenece a nuestro mundo, bueno no directamente

-Todas las mujeres somos fuertes Vicky, mirame a mi si no, y ella es mi hermana obviamente es fuerte, pero no tan fuerte como nosotras, sermoneala con algo y lo aceptara -comenté rodando los ojos ante la testarudez de mi hermana pequeña Vicky me dedico una ultima sonrisa.

-Cierto, adiós Samantha.

Incline mi cabeza en su dirección, en un gesto de despedida, y me paré de mi asiento en cuanto su cabeza despeinada había desaparecido por la puerta.

Camine hacia el ventanal, examinando las atestadas calles de Londres, Marco Félix debía ser más estúpido de lo que parecía si de verdad pensaba que podría robarme a mi. Samantha Rivera, la líder de uno de los mayores grupos mafiosos del mundo, sin terminar con la cabeza llena de plomo.

Pov Abril Garza.

Chillé otra vez. Y toda la respuesta que recibía era mi agitada respiración, otra vez.

Las manos atadas atrás de mi espalda no me permitían moverme, y las mallugaduras que exhibía mi cuerpo me hacían sollozar de dolor.

La bolsa de tela que me cubría entera me daba picazón en la nariz, sin permitirme respirar correctamente, y el frío me calaba hasta los huesos.

Intenté removerme, pero el espacio en el que estaba atrapada era endemoniadamente estrecho.

Volví a chillar, pero el enorme pedazo de cinta gris que se pegaba a mi boca amortiguó mis gritos de ayuda. Nadie me escuchó.

Volví a sollozar, pensando en lo estúpida que fui al salir de mi edificio a esa hora de la noche.

*Inicia Flashback*

Suya | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora