Pov Abril Garza.
-Ari, despierta. Vamos, pequeña hemos llegado -fruncí el ceño ante el fuerte rayo de luz que me dió directo en la cara.
-Tengo calor -me quejé.
-Lo sé, estamos en la otra punta del mundo, es verano aquí. Si te bajaras del coche, podrías quitarte la chaqueta -abrí los ojos, para fijarlos en Samantha, que estaba parada al lado del coche, sosteniendo la puerta abierta junto a mi.
Esperen ¿En qué momento habíamos llegado a un coche?
-¿No estábamos en un avión? -pregunte mientras bajaba del coche ayudada por su mano.
-Eso fue hace tres horas, eres una verdadera dormilona
Ignoré su broma cuando mis ojos se posaron sobre la colosal estructura que se alzaba frente a nosotras.
La casa estaba totalmente construida de madera, vidrio y ladrillo, lo que la hacía confundirse con la abundante vegetación.
-¿Estamos en Brasil?
-Algo así
-Siempre quise conocer Brasil... -susurré, luego me giré sobre mis talones al sentir el rugido de las olas atrás de nosotras- ¡Oh, cielos! -Samantha intentó tomarme por el codo, pero me sacudí y comencé a correr hacia el mar. Cuando deje el camino de madera por atrás, la arena caliente me quemó los pies, pero no me importó y seguí corriendo hasta que el agua del océano mojó mis tobillos- Esto es perfecto -susurré, y luego comencé a reír como una desquiciada. El agua era totalmente trasparente, y la arena blanca resplandecía el sol.
Tuve la súbita sensación de estar en el paraíso.
-Abril, vuelve aquí
-¡Jodete! -grite, luego reí al ver un par de cangrejos sobre la arena.
Me quite la chaqueta, tirándola sobre la arena y sintiendo el alivio instantáneo.
-Podrás venir a la playa más tarde, ahora ven aquí
La voz de Samantha se volvía cada vez más cercana, y me giré sobre mis talones para fruncirle el ceño.
-¿Podrías dejar de molestar? Muchas gracias
Volví a girarme, pero no me perdí de su ceja levantada y su expresión azorada.
-Muy bien señorita, es suficiente. A casa -murmuró mientras me volvía a cargar.
-¡No! ¡Pero quiero meterme al mar!
-Deja de gritar, lo harás más tarde
-Eres peor que un padre
-Y tú peor que una niña mimada
-Por supuesto que no soy mimada -me quejé, ofendida.
Samantha se limitó a reírse y caminar hasta la casa con tranquilidad.
El lugar parecía desierto.
-¿Hay alguien más aquí?
-Hay dos empleados que viven a la otra punta de la Isla, nadie más
-¿Por qué?
-Porque es una Isla privada
Me depósito sobre el fresco suelo de mármol de la casa, y me señaló hacia un pasillo.
-Ve a la última habitación a la derecha, hay ropa para ti allí -asentí distraída, y me volteé, pero Samantha tomó mi mandibula con una mano, obligame a mirarla- Y recuerda que estamos en una Isla. Nada de intentar escape, no estoy de humor para tonterías ¿Entendiste?
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Suya | Rivari
FanfictionElla era una mafiosa, ella una simple universitaria. Abril al ser secuestrada termina en las manos de una mujer como Samantha Rivera. Terriblemente poderosa, posesiva y seductora. Samantha no sabía porque la había aceptado como un "Regalo". Lo úni...