Facultad (Amy x Luck)

Lluvia

Narra Amy:

Cuando despierto estaba lloviendo bastante fuerte, hoy no me tocaba ninguna clase así que talvez tenga la maravillosa oportunidad de caminar bajo la lluvia.

Salgo de mi habitación luego de ducharme y hay pocos en el pasillo, los días como este los toman para ir a la biblioteca a completar tareas o salir por el bosque o la ciudad, a mí me encanta este lugar así que me quedo rondando los pasillos o salgo a estar bajo la lluvia en el límite de la facultad y el bosque.

Desayuno, acompaño a Elizabeth a la biblioteca y salgo al patio, me siento justo frente al límite de la escuela sintiendo como me empapo completamente, una sonrisa aparece en mi cara.

Cierro los ojos y recito un viejo ritual que me enseñó mi padre, una de las pocas cosas que recuerdo de él ya que fue asesinado cuando tenía 7 años.

Siento a alguien acercarse, pero en días así todos pasan de mí ya que saben que no entraré hasta la noche o hasta que pare de llover, pero para mí sorpresa escucho la voz de Lukc.

- Te vas a resfriar estando aquí afuera pequeño ángel.

- Tu también te estás mojando - le digo mirándolo extrañada, al parecer scree que solo soy un ángel.

- ¿Porque tu cabello es rojo? - escucho curiosidad en su voz y sonrío.

- Pues porque nací pelirroja, no soy un ángel común - vuelvo a enderezar me y cierro los ojos de nuevo.

- ¿Eres más que un arcángel? - pregunta y siento como se sienta a mi lado mirándome - espera, eso que haces es de vampiros.

- Porque soy vampira genio - digo suspirando.

- Entonces, ¿eres híbrida? Es extraño que un ángel y un vampiro se hayan enamorado.

- Lo sé, a mí también me parece raro, pero según dicen fue uno de los amores más lindos de la historia.

- Oye... Perdón por mi comportamiento de ayer, merecía ese golpe.

- ¿Te estás disculpando conmigo? - digo mirándolo raro - ¿Te sientes bien?

- Estoy bien, solo que no estaba listo para venir tan de repente, y ¿Porque estás aquí?

- Me gusta la lluvia, y no voy a creerte ni una palabra - vuelvo a cerrar los ojos mientras la lluvia de detenía lentamente.

- Entonces te haré compañía y me iré cuando me creas - dice acomodando se.

- Entonces, mañana iremos a la ciudad y harás todo lo que te diga - le digo y le sonrío.

- Espera, ¿Todo lo que digas?

- Así es, y sin objeciones. Nos vemos mañana.

- Pero no he aceptado - dice para levantarse, me levanto con él.

- Ya es tarde para negarse, hasta mañana en la mañana - empiezo a caminar a mi habitación con el siguiendo mis pasos.