Amado Lucifer:Estos meses han sido lo mejor en toda mi estadía en el infierno, eres tan amoroso y atento. Y eso me hace el pecador más feliz del infierno. Tal felicidad es comparable a cuando desgarro el cuerpo algún demonio aún vivo, pieza por pieza, escuchando la armoniosa melodía del coro de gritos de auxilio.
Me amas tanto como yo a tí, y se que nos espera una eternidad para amarnos tanto como nuestras podridas almas pueden amar.
Nuestra boda está a solo dos semanas de la fecha que habíamos fijado con anterioridad, todo siendo tan perfecto. Todo miel sobre hojuelas, para la cena de esta noche. Llegaste al palacio con dos cajas de regalo, finamente adornadas de un blanco puro impropio del infierno, bordes dorados y moños rojos.
Esa naturaleza curiosa que en mi habita, me hizo preguntar por su contenido. Solo ampliaste tu sonrisa y me pediste abrí las cajas.
La primera era la más grande y al mismo tiempo algo delgada, no lo suficiente como para no poder sostenerla con una mano. ¿El contenido? Un espléndido traje rojo sangre, de fina seda de araña infernal. Con detalles de bordado negro y dorado, siendo el último lo más sorpresivo del atuendo.
Un velo y capa de aparente muselina, era demaciado fina y transparente, al igual que ligera. Se sentía como vestir únicamente aire. Y como si no fuera suficiente, los bordados de la vaporosa tela, que al igual que con el traje. Fueron hechos de hilo de seda biso. Dorados y brillantes al sol rojo, con un patrón característicos de una telaraña.
Y la corona... Totalmente negra, que de algún modo irradiaba luz. Con pequeñas incrustaciones de rubí al rededor de la base.
Un atuendo digno de la realeza, uno digno para un apuesto doncel como yo. Dijiste, y perfecto para vestir en día de la boda. ¡Y no podía estar más feliz!. Me besaste la mejilla, susurraste a mi oído que abriera el segundo regalo, y lo hice.
Un corazón vivo... No uno cualquiera, uno de ciervo. Aún fresco, aún latiendo. La estática vacilante alegre se volvió repentinamente una depredadora, fuerte y ensordecedora. No era una amenaza, no podía serlo.
Era una invitación, una invitación a cosas tan sucias e indebidas. Y yo no hice mas que acceder, teniéndote tan cerca. Cómo tentando a mi ser a tomar el músculo y devorarlo.
Despertaste al mounstro hambriento que soy, los diales de radio en lugar de pupilas y la sonrisa filosa, fue suficiente para hacerte saber que la propuesta había sido aceptada.
En algún punto del caminó a devorar tal manjar, terminamos en la habitación. Siendo un desastre sudoroso, acariciando tu cabello dorado.
Y no podía estar más que satisfecho con todo esto...
-Alastor T.R.D-
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•Notas del autor privado de sueño y con la percepción de la realidad bien alterada:
•Como futuro diseñador de modas, un putazo duele menos que saber que la muselina Draka dejo de existir por culpa de los ingleses victorianos y la casi extinción del algodón especial con el que se producía está muselina y que posiblemente no me alcancé la vida para verla en vivo y en directo nuevamente.
•Aunque creo que sí los avances que llevan hasta ahora resultan en por fin revivir la técnica y una producción relativamente barata para que sea un poco más accesible. Entonces si estaré vivo para ver esa muselina.
•Que por cierto, la seda de biso. Es de una especie específica de crustáceo en el mar, y solo se sacan 600 gm al año, lo equivalente a tres prendas bordadas con estos finos hilos de seda dorados.
•Tambien me gustaría pedir un poquito más de apoyo, me gusta mucho leer sus comentarios. Ya saben, hago esto con cariño porque los deje colgados con esta historia hace tiempo.
•Y bueno, ya no tengo nada mas que decir o quejarme, así que chao-.
Atte: Mr. Radio Demon
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Cartas a Lucifer
FanfictionAlastor escribe varias cartas dirigidas al gobernante del infierno, Lucifer. Alastor desaparece un fatídico día, dejando solo a Lucifer y un baúl lleno de cartas. [Appleradio] [LuciferXAlastor] [Violencia y angustia] [Mpreg]