Cartas a Lucifer

Carta a Lucifer XXXI

Miserable Lucifer:

Ya para mí era una mala señal que el medico dejara de sedarme, ya solo tenia dos meses para desaparecer. El tiempo corría rápido y asi como iba, mi rencor hacía tí venia en aumento. En algún momento olvide cuánto había querido apoderarme del trono del infierno.

Habia evitado tus visitas estando dormido, pasaron dias antes de volver a verte. Luego de la cena, el médico termino su revisión de rutina. Una diablilla entró poco después a la habitación, comunicando que el rey requería hablar a solas conmigo.

Rode los ojos, sabias que estaba despierto y que no podría evitarte. El médico se retiro dejandome solo, inevitablemente sentí miedo. Inhale profundo, buscando la calma en el crepitar del fuego en la chimenea encendida.

Poco después, entraste a la habitación. Hablabas por teléfono, al cerrar la puerta colgaste la llamada y dejaste el teléfono en la mesita de noche. Me preguntaste como estaba, tomando lugar al lado mío. Me aleje como pude, no quería ser tocado.

Para acortar tu visita, te respondí que me encontraba bien. De todas formas, el medico te diria mis avances. Sonriente, llevaste la mano a mi vientre. La aleje, cubriendo la zona con la manta.

Luego de eso no diste muchas explicaciones, fuiste directo al punto como siempre. Me pediste que me cuidara, poco después te levantaste y al inclinarte para besar mis labios como despedida. Pude distinguir el aroma a otro Doncel.

Me aleje, solo besaste mi mejilla. Comenzaba a divertirme la situación, en otro momento me hubiera sentido irremediablemente celoso; afligido y desplazado. Ahora solo siento alivio de no ser tu objetivo de deseos sexuales. Los pensamientos que en otro momento me hubieran invadido. No estaban, sonreí para mi mismo.

Ni siquiera me moleste en fingir dolor, o algun sentimiento negativo. Solo sonreí, era de suponer que buscarías a alguien más. Aun si ante todos, pintaste tu papel esposo preocupado por el bienestar de su esposo y futuro infante.

Mi reacción tan cinica no parecio ser de tu agrado en lo absoluto, te separaste muy lentamente de mí. Escudriñandome con esos ojos oscurecidos tuyos. Te ofendiste al no ser la causa de mis celos, en ese momento mí error fue mostrarme tan cinico. Pero es que ya no podia importarme con quien pasabas la noche.

Mis celos, te complacían de alguna manera retorcida y vil, te encantaba verme fuera de mis casillas por los celos.

Por eso tu reacción enojada conmigo, al no darte lo que querias.

En un movimiento ágil, tomaste mis mejillas con fuerza. Precionando mí mandibula. No te di el lujo de quejarme, el ardor en mí rostro a causa de la piel sensible de las quemaduras. Pegaste tu frente con la mia, tu mirada llena de rabia, con la respiración pesada y la mandíbula tensa, gruñiste sobre mis labios.

-Eres mío, Alastor.

Y yo deje de ser tuyo hace mucho tiempo, Lucifer.

-Alastor T.R.D-

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•Notas del autor que se durmió temprano:

•El admi tiene ganas de escribir algo pasado de riata como el los viejos tiempos, tipo. Algo asi como, veinticuatro horas. No sé, es que ya no puedo con tanta toxicidad ª.

•Aun es temprano para decirles que ya vamos en la recta final, faltan varios capítulos. Pero a comparación con lo recortido, de sienten poquitos. Asi que posiblemente con mí cambió de rutina y unas cositas más, tarde en actualizar. Porque, de toda la re-escritura la recta final no me convence.

•Como siempre les digo, me gustaría ver sus comentarios. Los quiero mucho, cuidense, tomen awita y chao.

Atte: Mr. Radio Demon