ʀᴇʟʟᴇɴɪᴛᴏ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ✨ [Jikook]

ᴘᴀꜱᴇɪꜱ ᴅᴇ ʙᴇʟᴇᴍ🥮

Lo primero que hizo al llegar a casa fue darse un baño para sacar los residuos pegados a su cuerpo y decidió recalentar lo que quedaba de la cena de la noche anterior.

Esa mañana el horario escolar había sido cortado por la falta de uno de sus profesores.

Mientras almorzaba podía escuchar los alaridos de algunos vecinos, era algo normal, las pandillas abundaban en ese vecindario y les gustaba molestar a los residentes.

Jungkook dejo su plato por la mitad y decidió que era suficiente por hoy, no es que le faltara comer.

Cuando termino de lavar los trastes y guardaba estos en las gavetas, observo algunos Pastéis de Belém que había hecho. La idea de llevárselos a cierto alfa cruzo por su mente y sintió extraño cuando la electricidad y energía corrió por su cuerpo.

Últimamente, su zorro interno estaba muy presente en sus acciones.

Miró el reloj en la pared y decidió que podía ir a verle, después de todo había pasado un tiempo desde la última vez. Puso crema con sedantes a sus rodillas y las vendo correctamente para que no se le dificultará caminar, se abrigó y cerró su casa por completo.

Salió a paso ligero hacia la tienda.

Cuando llego a la puerta principal, una pequeña sonrisa brotó en sus labios, pero se fue al verla; Ella era esbelta, bonita y alta. Parecía toda una modelo de esas que aparecen en los anuncios en el televisor.

A su lado el alfa Park se veía tan guapo como siempre. Ambos lucían muy bien juntos.

Desde su lugar Jungkook no podía oír, pero su pecho se sintió pesado cuando la vio inclinarse más cerca del alfa.

Apretó los labios y la canasta en sus manos, quería ir allí y hacer algo para que el alfa dejara de mirarla y lo mirara a él. Estaba seguro de que ni siquiera se había dado cuenta de su llegada.

"Mírame" el chillido enojado en su cabeza lo desconcertó.

Cuando la joven levanto la mirada, rápidamente corrió hacia uno de los pasillos, escondiéndose de ellos.

— ¿Al alfa Park le gustarán como ella? — pensó en voz alta.

— No, no creo que tenga un gusto tan malo. — una voz fémina a su costado hizo que se sobresaltara. — ¿A quién espías?

— N-No estoy espiando a nadie.

— Hum, si tú lo dices. — Hwasa entre cierra los ojos y olfatea. — ¿no hueles?

— ¿Qué cosa?

— Sí, huelo como a omega mentiroso y celoso. — lo mira obvia.

Jungkook se puso como tomate al darse cuenta de lo que estaba pasando. Ser un omega recesivo trae sus consecuencias, y una de ellas es no saber controlar sus feromonas.