Salvame |Kaled/Suri|

Epilogo.

KALED.

Apretando la manta alrededor de Tommy, me balancee suavemente mientras observaba sus ojitos comenzando a cerrarse. El pequeño estaba cayendose de sueño pero era lo suficientemente testarudo para negarse a dormirse, el chupón del biberon estaba sufriendo entre sus pequeños dientes mientras bebia perezosamente el contenido. Comenzaba a pensar que tendria una larga noche por delante si esperaba que el pequeño finalmente se rindiera.

—Vamos, cariño, papá quiere dormir —susurré.

Ojos adormecidos me miraron y una sonrisa se formó alrededor del chupón. Oh si, tenia para un buen rato.

—Deberias haberle puesto un sedante en el biberón —el comentario inesperado me tuvo apartando la mirada de Tommy para girarme hacia Niall. El rubio estaba de pie en la puerta con su pequeña laptop en la mano, tecleando intensamente.

—¿No deberias estar durmiendo?

—No tengo sueño —se encogio de hombros.

—No me interesa si tienes o no tienes sueño, vete a acostar e intenta obligarte a dormir.

—Si, ahora lo hago —masculló mirandome brevemente antes de volver a la pequeña pantalla—. Vine porque estaba seguro de que querias ver esto.

—¿De que hablas?

—Alguien ha estado moviendo dinero de la cuenta de Holmes —dio un paso dentro, volteando la computadora hacia mi.

Miré la pantalla con el ceño fruncido—. ¿Tienes acceso a las cuentas bancarias de Holmes?

—He estado aburrido últimamente —se encogio de hombros—. El punto es que esto prueba que el infeliz sigue respirando y esta planeando algo contra nosotros.

—Es un poco apresurado decir eso pero quiero que mantengas un ojo sobre él —Tommy se quejó y automaticamente comencé a balancearme nuevamente—. No quiero que nos tomen desprevenidos, asegurate de tomar todas las medidas necesarias para mantenernos a salvo.

—Lo haré —volteandose, se alejó de la habitación con la mirada enfocada en su computadora.

Miré nuevamente a Tommy, quien finalmente se habia dormido. Estuve a punto de soltar un suspiro aliviado pero me detuve por miedo a que el pequeño se despertara.

—¿Que pasara ahora? —la voz de Suri me hizo saltar. Él chico sonrió con disculpa mientras entraba a la habitación—. Lo siento, pensé que me habias escuchado.

—Creo que tengo que comprar campanitas para todos y colgarlas en sus cuellos.

Sonrió—. Si sigues adoptando descarriados como hasta ahora, esto parecera un carnaval con tantas campanitas.

—No los adopto —me defendí.

—Nah —negó con la nariz arrugada y una sonrisita—. Tu solo les das casa, comida y los tratas como si fuesen tus hijos pero no los adoptas.

Rodee su cintura con mi brazo, atrayendolo a mi cuerpo con cuidado de no aplastar a Tommy—. Entiendo el punto, debo dejar de adoptar inadaptados.

—No lo harás porque tienes un corazón demasiado grande como para negarle ayuda a alguien que la necesita. —poniendose en puntas de pie, dejo un beso en mis labios—. Eres increible y no quiero que cambies.

Sonreí, ¿que podia decir a eso? Inclinandome, tome sus labios en beso suave.

—¿Que haremos ahora? —susurró.

—¿De que hablas?

Sacó el monitor de bebé de su bolsillo antes de apuntar al otro que estaba sobre una mesa cercana—. Escuché todo —informó—. Quiero saber que sucedera a partir de ahora.

—Los mantendré seguros, si eso es lo que te preocupa.

—¿Te mantendrás seguro tambien? —susurró—. Te necesitamos, Kaled, no quiero perderte porque te crees un heroe.

—Eso fue ofensivo pero te prometo que no ire a ningun lugar, Angioletto, no hay forma en que sea tan estupido de renunciar a lo que siempre he querido.

Sus ojos brillaron con felicidad—. Asegurate de cumplir con tus palabras, no quiero ser viudo antes de casarnos.

—No lo serás —aseguré. Miré de la carita dormida de Tommy a él—. Son lo mejor que me ha sucedido en mucho tiempo, no hay forma de que los abandone. Los amo demasiado.

—Tambien te amamos —se acurrucó más contra mi costado—. Nos salvaste, Kaled, es hora de que nos dejes devolverte ese favor.

Estaba dispuesto a discutir eso pero sus labios sobre los míos me silenciaron y decidí seguirle la corriente hasta que mi angelito se diera cuenta de que no necesitaba ser salvado porque estaba en el lugar exacto donde queria estar.

FIN.