28.

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KALED.

—Niall, necesitamos que salgas, ¿si? —nada—. Al menos dinos si estas bien.

Observé hacia Dacel, totalmente frustrado al no obtener ninguna respuesta del otro lado de la puerta. Habian pasado dos horas y Niall aun estaba encerrado, el sonido de las cosas destrozandose se habia detenido pero eso no hacia mucho por tranquilizarme. Al menos cuando estaba destrozando su habitación tenia la seguridad de que seguia en pie, el silencio nunca era un buen indicio.

—¿Rubia? —Dacel golpeo sus dedos sobre la madera—. Abre la puerta, pedazo de idiota, o la tiraré abajo y pateare tu palido culo hasta que te comience a gustar.

—¡Jodete, Dacel!

Sonreí hacia el castaño a mi lado, haciendole una seña para que siguiera—. Haz que salga.

Dacel asintió—. Vamos, rubia, no seas cobarde y sal.

—¡Vayanse!

—Pequeña nenita cobarde, ¿tanto miedo tienes de enfrentarnos? —grito—. Si no tuvieses siempre un arma en la mano no le ganarias a nadie, hasta Tommy podria contigo en una pelea.

—¡Donde no te calles voy a dispararte en el culo, maldito idiota! —oh si, se estaba enojando.

—Para hacer eso, tendrás que salir aquí y enfrentarnos, te estamos esperando pero eres demasiado cobarde para enfrentarnos —disparó—. Te acobardaste frente a un pequeño adolescente, no me extraña que te estes escondiendo de nosotros...

La puerta se abrio con brusquedad y un enojado Liam fulminó con la mirada a Dacel—. Dime cobarde nuevamente y juro que cumpliré mi promesa.

—Eres tan facil, rubio —el castaño apoyo una mano con firmeza en la puerta preparado para detener el portazo por si a Niall se le ocurria encerrarse nuevamente. Me miró sobre él hombro, dandome una sonrisa tranquilizadora—. Yo me encargo del irlandes, no te preocupes.

—¡No necesito que tu te encargues de nada, solo dejame en paz!

Rodando los ojos, Dacel le dio un empujón en el pecho a un distraido Niall, enviandolo dentro de la habitación, antes de seguirlo, cerrando la puerta luego. Pasando una mano por mi rostro, caminé por el pasillo hacia la última puerta y golpee suavemente mis nudillos sobre la misma. Ojos identicos a los de mi amigo irlandes me devolvieron una confundida mirada cuando la puerta se abrió.

—Solo queria saber si te habias instalado, no quise molestarte —extendi una mano—. Mi nombre es Kaled Malik.

—Jonah Horan —respondió con voz suave, estrechando mi mano. Jonah podia ser fisicamente igual a Niall pero seguro como la mierda que no competia con la personalidad tosca del rubio—. Estoy bien, yo... yo agradezco que me recibieras en tu casa pero pienso que lo mejor seria que me fuese nuevamente a Irlanda.

Su acento era pesado, sus palabras se escuchaban cerradas pero logré entenderlo—. Puedes marcharte cuando quieras, Jonah, no voy a mantenerte como un rehen pero me gustaria que te quedarás al menos unos días. Hemos estado luchando con Niall por un tiempo, todos aquí queremos que él encuentré su paz mental y creemos fervientemente que tu presencia lo ayudara.

Él se mordisqueo el labio, jalando las mangas de su sudadera—. No sé que sucedio —dijo con suavidad—. Siempre fuimos muy unidos, él era el único de mis hermanos que se preocupaba por mi y me protegia. Sufrí mucho cuando se fue, pensé que no lo volveria a ver y tenia una gran ilusión cuando Louis apareció y me dijo que podia llevarme con él —tomó un respiro, podia escuchar las lagrimas contenidas en su tono—. Creo que fue un error venir, él no me quiere aquí.

Lo observé por un momento, dandome cuenta de que él se veia tan fragil como Suri lo habia hecho tiempo atrás y eso me toco una fibra sensible—. Te diré un secreto, Jonah —él levantó la mirada con curiosidad—. Ustedes, los hermanitos menores, pueden ser fastidiosos, mañosos y a veces realmente queremos golpearlos con algo en la cabeza para que cierren sus malditas bocas por cinco segundos —suspiré, una pequeña sonrisa en mis labios—. Pero la verdad es que los amamos muchisimo, pasé lo que pasé sin importar lo insoportables que puedan ser o lo que pueda pasar entre nosotros, jamás dejaremos de quererlos.

—¡Mi hermanito acaba de admitir que me ama! —brazos delgados se enredaron en mi cintura y rodé los ojos hacia el cielo—. Creo que voy a llorar, Kaled, yo tambien te amo, hermano mayor.

Hice un gesto a Zayn, quien seguia murmurando cosas estupidamente cursis—. ¿Ves? Me refiero a esto —dije—. Yo en realidad, quiero golpearlo con algo contundente en el medio de ese craneo que solo protege aire y enterrarlo en el jardin trasero bajo las margaritas que mi prometido planto pero no lo haré porque por alguna razón, le tengo aprecio al cerebro de mosquito.

—¡Tu me amas, admitelo, grandulón! —Zayn chilló.

Jonah miró entre nosotros por un momento antes de que comenzara a reir. Bien, eso habia salido mejor de lo que pensaba.

Dandole un golpe a Zayn para que cerrara su maldita boca, miré nuevamente hacia Jonah—. No importa lo tosco que Niall se comporte contigo, él te ama y no tengo idea de cuales son sus razones pero estoy seguro de que todo esto que hace es porque quiere protegerte.

—¿En serio crees eso? —preguntó con duda, su rostro serio.

—He conocido a Niall por varios años y aunque no puedo jactarme de entender su pequeña y retorcida mente, sé que jamás le daria la espalda a su hermanito a menos que tenga una razón para ello.

Él pareció pensar en mis palabras por un momento antes de suspirar—. Me quedaré unos días, si no les molesta.

—Quedate todo el tiempo que quieras —palmee las manos de Zayn, intentando quitarmelo de encima cuando el muy imbecil salto para treparse en mi espalda—. Estoy reconsiderando la opción de ser hijo unico, Zayn, no me hagas llegar a eso.

—Me amas, lo aceptaste.

—Mi amor por ti tiene un limite, no me hagas llegar a él —pedi. Haciendo un gesto de despedida, me aleje de un divertido Jonah, sacudiendome a Zayn de la espalda mientras subia las escaleras. Él idiota siguio gritando que lo amaba mientras me alejaba. Habia veces que me preguntaba porque diablos me habia hecho cargo del tonto, deberia haber dejado que las ratas cuidaran de él.

Dirigiendome directamente a mi habitación, mi único pensamiento era arrojarme en la cama y dormir al menos diez horas seguidas. Esa idea fue descartada cuando en vez de una cama vacia, un sonriente Suri me devolvió la mirada desde las sabanas.

—Suri, ¿que...? —quitó la sabana y mis palabras murieron.

Bueno, mierda, mi dia acababa de mejorar. 

Salvame |Kaled/Suri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora