Salvame |Kaled/Suri|

24.

[KALED]

Desperté gracias al sonido de alguien murmurando cerca de mi. Frunciendo el ceño, apreté los parpados cerrados por un momento antes de obligarme a abrirlos y mirar a mi alrededor. Mis cejas se arrugaron aun más cuando visualice a Liam sentado en el sofá a un lado de mi cama con un libro sobre sus piernas, lo que parecia un alfajor en su mano y una linterna en la otra. La habitación estaba en penumbras pero aun así lograba reconocerlo.

Aclarandome la garganta, llame su atención—. No es que me moleste —musité—. ¿Pero que haces en mi habitación?

Trago lo que tenia en su boca antes de mover la linterna sobre el libro—. Trato de estudiar.

—¿Por qué en mi habitación?

Se encogio de hombros, volviendo al libro—. Era el unico lugar silencioso que encontré.

—Liam, esta casa tiene como diez habitaciones vacias —elevé una ceja—. ¿Por qué estas aquí realmente?

Me miró un momento antes de suspirar—. Esta bien pero no te rias.

—No lo haré.

—Zayn... él... —se mordió el labio, cerrando el libro—. Él quiere un bebé.

Asentí—. Zayn siempre ha querido formar una familia, luego de lo que paso con May y demás —suspiré—. Lo entiendo, ¿cual es el problema?

—No es un problema, realmente —confesó—. Me gustaria tener un hijo con él.

—¿Pero?

Liam gruño bajo—. ¿Acaso tu hermano alguna vez tomó un libro de anatomia humana y realmente lo leyo?

Pensé en ello un momento—. La última vez que vi a Zayn tomar un libro se titulaba "Cocina para tontos".

—Si, eso lo explica todo.

—Todo menos porque estas aquí. —apunté.

—Tu hermano quiere dejarme embarazado. —soltó. Lo miré por un momento con seriedad antes de comenzar a reir, todo mi cuerpo se quejo pero no podia detenerme—. Dijiste que no te reirias.

—Oh dios, no puedes decirme eso y esperar que no me ria. —dije sin aliento.

—Estas siendo malo —aseguró—. En vez de reirte deberias ayudarme.

—¿Intentaste explicarle como funciona esto de los bebes?

Hizo un sonido que sonó como un bufido—. Tengo la sensación de que sabe como funciona, solo esta fastidiandome.

—Creo lo mismo. —acepte, secandome una lagrima que resbaló por mi mejilla—. Solo... esconde el lubricante y ya.

—¿Y arriesgarme a que el animal que tengo por novio intente follarme en seco? —jadeo—. Ni loco.

Lo miré a través de la oscuridad, sonriendo, antes de alcanzar el cajón de mi mesa de luz y tomar una de las pelotas antiestres que tenia allí—. Toma —se la lancé—. Comienza a usar eso, te ayuda a evitar estrangularlo.

—¿Crees que en verdad funcione?

—No me he convertido en un asesino en serie, ¿o si? —bromee.

Eso logró que sonriera suavemente—. Supongo —susurró—. Kaled, ¿crees que puedas a ayudarme a encontrar una clinica donde haya vientres de alquiler?

Lo miré sorprendido por un momento antes de sonreir—. Investigaré sobre ello y te daré la información.

—Gracias.