prólogo.

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𓆸 ┊ Primera Parte: Ruptura.



Prólogo: Pájaro robando pan.


Contar ovejas no funcionó.

JaeYun se volvió sobre su espalda con un suspiro. Él escuchó la respiración de GaEul, tratando de dejar que lo amodorrara hasta dormirse.

Eso no funcionó, tampoco. Su novia podría estar durmiendo a su lado, pero la persona que ocupaba su mente estaba abajo, emborrachándose. HeeSeung. Su mejor amigo.

Suspirando de nuevo, JaeYun se sentó y enterró sus dedos en su pelo.

Retuvo el aliento y forzó su audición. La casa estaba completamente silenciosa. Habían pasado horas; a lo mejor HeeSeung había finalmente ido a acostarse.

Y a lo mejor todavía estaba bebiendo frente a la chimenea.

Apretando la mandíbula, JaeYun miró hacia la puerta.

Él no debería. No debería ir abajo. Eso no cambiaría nada. No había nada que él pudiera hacer por HeeSeung.

Después de todo, él era la razón por la que HeeSeung estaba bebiendo.

"¿No ves lo cruel que es esto? ¿No te importa? Lo estás quebrando." La voz del primo de HeeSeung resonó en su mente, una y otra y otra vez, cada palabra como un puñetazo en el plexo solar.

JaeYun cerró los ojos, tratando de bloquearlo. Él no tenía intención de revelarle a SungHoon que sabía acerca de los sentimientos de HeeSeung por él. No se suponía que lo supiera nadie. No se suponía que HeeSeung debiera saber que JaeYun lo sabía. Ahora, JaeYun no podría dejar de preocuparse. SungHoon había prometido no decirle nada a HeeSeung, pero JaeYun no estaba seguro de poder confiar en el tipo – se lo veía bastante enojado más temprano esa noche.

"Él no es tu padre. Él no es tu hermano mayor. Él no es un monje. Él es un hombre saludable en su mejor momento. Si lo amas tanto como afirmas, dejarás de ser una pequeña mierda egoísta y lo dejarás ir."

SungHoon tenía razón, por supuesto: JaeYun era heterosexual, tenía una novia que amaba y no podía darle a HeeSeung lo que quería. Lo correcto sería decirle a HeeSeung, que él sabía sobre los sentimientos de HeeSeung por él y que cualquier cosa entre ellos era imposible. Hubiera sido más amable permitir a HeeSeung dejarlo y encontrar a alguien más para amar.

Excepto que HeeSeung no podía dejarlo. Incluso pensar en ello hacía que su estómago se retorciera en un nudo doloroso y una oleada de pánico le atravesara todo su cuerpo. Dios, esto estaba tan jodido. Le había dicho a SungHoon la verdad: realmente se alegraba de no ser gay. Si él era así de necesitado y dependiente, cuando no quería a HeeSeung de ese modo, JaeYun no podía imaginar la pegajosa ruina que habría sido, si él realmente quisiera a HeeSeung de esa manera. Era lo suficientemente malo ya.

Por el amor de Dios. Él era una estrella del fútbol en ascenso y millonario. No se suponía que se sintiera de esa manera aún. Ya no era un adolescente. Ya no estaba paralítico. No se suponía que todavía sintiera como que HeeSeung fuera su ancla.

Él tenía dieciséis años cuando se dañó la columna vertebral durante algún partido amistoso sin importancia, aquí en los Estados Unidos. El club lo había colocado en el centro de rehabilitación donde HeeSeung estaba haciendo su residencia, y HeeSeung había sido asignado como su fisioterapeuta. Durante diecisiete largos meses, HeeSeung había sido su mundo: él había sostenido la mano de JaeYun mientras trataba de mover sus extremidades, limpiado el sudor de la frente de JaeYun, lo había animado y elogiado cada pequeño logro suyo. Todo el mundo había pensado que la carrera de JaeYun había terminado antes de que incluso hubiera comenzado adecuadamente los médicos no eran optimistas sobre sus posibilidades de caminar de nuevo, mucho menos de regresar al fútbol - pero HeeSeung le hizo creer que podía hacerlo. Y lo hizo. El día en que dio sus primeros pasos sin caerse, HeeSeung lo abrazó con fuerza y le susurró, con voz llena de orgullo, "Este es mi niño." Y JaeYun no quiso soltarlo jamás. HeeSeung era suyo. No sabía lo que habría hecho sin él.

libro 3 (supe) ✧ heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora