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Capítulo 9: Peleando contra la gravedad.


JaeYun se quitó la chaqueta y miró alrededor de la habitación llena de gente, su corazón latiendo tan rápido que se sintió un poco mareado por un momento. No debería estar aquí. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Por qué había escuchado a SeonWoo, de entre todas las personas?

Porque eso es lo que querías desde el principio, le susurró una voz en el fondo de su mente. Porque SeonWoo sólo fue el último empujón que necesitaba. Porque HeeSeung se había equivocado. El tiempo no ayudaba. En todo caso, se sentía más como la mierda con cada día que pasaba, perdiendo el interés por todo. Incluso el fútbol. Incluso su hijo. Incluso GaEul. Ya no podía negar que algo andaba mal con él. Podía recordar su amor por el fútbol, su atracción y amor por GaEul, sus sueños de una familia, pero ya no podía sentir ninguna de esas cosas más. Era como si algo estuviera roto dentro suyo, algo que había dejado de funcionar bien. A veces se preguntaba si no habría desde siempre algo fundamentalmente mal en él, y que HeeSeung fue el motivo de que haya podido sentir amor en absoluto. Solía ser feliz con GaEul, pero él estaba acostumbrado a recibir un abundante amor de HeeSeung en simultáneo. Podría haber subestimado cuanto su relación con HeeSeung afectaba su estado de ánimo y sus relaciones con otras personas. Ahora que HeeSeung se había ido, ya no podía sentir nada más, nada, aparte de su sensación de incompletud y desconexión con el mundo. Joder, estaba peor que arruinado.

Y la peor parte era que, al parecer, HeeSeung no se sentía de la misma forma. Aparentemente HeeSeung estaba bien. Más que bien. Aparentemente HeeSeung estaba demasiado ocupado besándose con algunos estadounidenses como para echarlo de menos en lo absoluto.

—¡Hola! ¿Buscando a alguien?

JaeYun se estremeció y volvió la cabeza. Un tipo rubio lo miraba con curiosidad, pero no había ni siquiera un destello de reconocimiento en sus ojos. Aquí, del otro lado del charco, pocas personas lo reconocían.

—Sí, de hecho— dijo JaeYun—. ¿HeeSeung?

—Creo que está en la cocina—. El chico hizo una seña a su izquierda—. Soy JeongIn.

Murmurando su agradecimiento, JaeYun se dirigió hacia allí, con las piernas un poco inestables.

Frenó de golpe en la puerta de la cocina.

HeeSeung no estaba solo. Tenía a un chico –Huang RenJun– sobre él. Se estaban besando. Las manos de HeeSeung estaban en el culo de Huang y Huang gemía, prácticamente en celo contra HeeSeung, sus dedos en el cabello de HeeSeung.

Por un largo, doloroso momento, se sintió como si el corazón de JaeYun le dejara de latir. Tenía problemas para respirar. Así que era verdad. Todo era cierto.

Debe haber hecho algún ruido ya que HeeSeung terminó el beso y volvió su cabeza.

HeeSeung se quedó completamente inmóvil. Sus miradas se encontraron y el ruido de la fiesta pareció desvanecerse. El corazón de JaeYun martilleaba en sus oídos.

—Oye, eres Sim JaeYun.

JaeYun se obligó a apartar los ojos de HeeSeung para mirar a Huang. Casi se echó a reír, aunque diversión no era la emoción que sentía mientras miraba al chico. Se imaginó que la única persona que lo habría reconocido en los Estados Unidos sería Huang.

—Sí, ¿y tú eres?— Jake sabía que estaba siendo desagradable y no le importaba. Él nunca había afirmado que fuera una buena persona, y no iba a empezar a hacerlo por el bien de este idiota.

libro 3 (supe) ✧ heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora