Siento la luz que me bombardea los ojos y rápido me doy media vuelta. De inmediato soy consciente de que no estoy en mi cama "maldito controlador le dije que quería irme a mi casa".
Abro los ojos de golpe y me siento. ¡Ay! ¡Au!
Me agarro la cabeza para intentar mitigar el dolor. No funciona. Sólo un disparo en el cerebro aliviaría estos pinchazos. No hay nada que cure esta resaca. Eso lo sé.
Miro a mí alrededor y reconozco la estancia al instante. Estoy en la suite principal que Dylan compro a la empresa que trabajo que por cierto fui yo la que decore. Vale, no tengo ni idea de cómo he llegado aquí. Nunca había estado tan borracha como para no acordarme de las cosas. Pienso en lo que pasó anoche y recuerdo la escena que montó el muy mandón con el pobre petulante. Después estuve bailando. Y también recuerdo que discutí con él en los baños. Y que luego volví a bailar. Ah, y que Luis se cabreó, pero... nada más.
Me preguntaría cómo he acabado aquí, pero si él estaba en el bar no hace falta que me lo plantee. Cojo las sábanas y las levanto para mirar debajo. Tengo las bragas y el sujetador puestos, así que no creo que follásemos. Sonrío para mis adentros. "Creo que con todo lo mandón y controlador la necrofilia no es lo de él" joder estaba en un estado de coma nivel experto.
Me dirijo al baño y alrededor de varios minuto un delicioso olor corporal de Dylan alcanza mis orificios nasales. Cada movimiento que hago me provoca un terrible dolor de cabeza, vestida sólo con la ropa interior, me tambaleo. Todavía estoy borracha.
-¿Cómo está mi borrachita "F-A-V-O-R-I-T-A" esta mañana? -pregunta con aires de superioridad, se cree muy gracioso.
Se acerca a mí. Está tremendo con esos bóxeres blancos y con pelo de recién levantado. Yo debo de estar horrible con el pelo suelto y el maquillaje corrido.
-Fatal -confieso malhumorada. ¿Ésa es mi voz? Estoy afónica. Llega a estar Irene y Damlee me diría que perdí mis encantos al frente de él, al sonar así.
Él se echa a reír. Si pudiera coordinar mis movimientos, le daría un bofetón, a la mierda si me escucho como un ganso o un violín desafinado, él no le importa solo se burla me dan ganas de entrarle a patadas.
Me rodea con los brazos, y yo agradezco el apoyo y hundo la cabeza en su pecho. Podría volver a dormirme perfectamente.
-¿Vas a desayunar? -Comienza a acariciarme el pelo.
Incluso sus suaves caricias me resultan insoportablemente estridentes, y sólo pensar en comida me da ganas de vomitar. Debe de sentir mis arcadas y mis convulsiones, porque se echa a reír otra vez.
-¿Un poco de agua, entonces?
-Sí, por favor -musito contra su pecho.
-Ven aquí. -Me coge en brazos, me lleva al piso de abajo, a la cocina, y me coloca sobre la encimera con suavidad.
-¡Joder! DYLAN! ¡Qué fría está!
Se echa a reír y me suelta poco a poco, como si temiera que fuese a caerme. Quizá lo haga. Me encuentro fatal. Me agarro al borde de la encimera para sujetarme "Un aplauso a la borracha que supuestamente era para superarlo y de nada sirvió en emborracharme soy un fracaso nivel Profesional cuando se trata de Dylan Park" y me fijo no se ni cuál es su segundo apellido???
Esto es un puto desastre Emma, a ti nada más se te ocurre meterte con un loco!!! Con los ojos entrecerrados me reprendo mentalmente, en que Dylan tiene que abrir casi todos los armarios antes de dar con el que contiene los vasos.
- Sería el colmo Dylan ¿No sabes dónde tienes los vasos?
Rebusca en un cajón y saca un sobrecito blanco.
ESTÁS LEYENDO
Maravilloso Secreto.
RandomEste libro te poseerá hasta incluso será una pasión más arrolladora. Una historia perversamente romántica. "¿Pero será un amor por el que merece la pena apostarlo todo?" Emma Morgan una joven española que vive en Holloway, Londres donde ha intent...