Capitulo 8

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Que haré no le he contado nada a Irene desde que lo conoció.

Y aquí está otra vez, hablando con el gerente de finanzas y algunos clientes que viviran aqui, vestido con un traje negro y camisa blanca y una corbata roja.
Dios que sexy !!! huelo a pecado. Mmm.. con una mano metida en el bolsillo y la otra sosteniendo un archivador. Parece, como siempre, un puñetero Dios griego. Y, como si sintiese mi presencia, levanta la vista y nuestras miradas se cruzan.
-¡Mierda! -maldigo, y me vuelvo hacia Irene . Ella aparta la mirada de Dylan y la dirige hacia mí, con los ojos llenos de satisfacción y se que esta aguantando la risa.
-¿Sabes qué? Me iba a ir a casa a llorar con un rico helado que me espera en el refrigerador , al estilo pelicula dramáticas , pero creo que voy a quedarme un ratito. ¿Te importa? Creo que aqui hay un ambiente de película extraordinaria mejor que 50 sombras y mira que la peli no es nada como el libro . -Da un trago a su bebida con una sonrisa burlona mientras yo le dedico un gruñido y le saco la lengua.
-Ése no es el comportamiento de alguien a quien supuestamente no le importa nada otra persona, a Emma -me provoca.
-Fui a su hotel & club Park el martes y casi me acuesto con él FELÍZ!!!-le suelto.
-¡¿Qué?! -exclama , y coge una servilleta para secarse el chorro que le cae por la barbilla.
-Se disculpó por el mensaje que me había mandado. Yo volví a alli e hizo que el grandullón me encerrase en una habitación. ¡Él me estaba esperando medio en pelotas!
-¡Venga ya! Madre mía. ¿Quién es el grandullón? ¿Sólo medio?
-Bueno, no es un mayordomo. No tengo ni idea de cuál es su función exactamente. Quizá se dedique a hacer un guardaespaldas mezclado con la mitad de un mayordomo y un por ciento muy alto de atrapa mujeres.
-¿Por qué no me lo habías contado?
-Irene, fue un desastre. Me largué corriendo cuando oí que su novia lo llamaba. Para colmo apareció anoche en casa exigiendome.

Los nervios hacen que le dispare los datos básicos a toda velocidad sin casi respirar.
-¡Joder! ¿Qué clase de exigencias? Que firmará un contrato uf! A lo ChristianGrey -Está pasmada y curiosa. Y es normal.
-No lo sé. Deja el libro a un lado! El es un capullo arrogante. Me preguntó cosas como cuando me follase.

Ella escupe otra vez. -¿Que te preguntó qué, y no te acuerdas vamos como me digas que no te gustaría que fuera como Grey te....¡Joder, Emma. , viene hacia acá !

No ! Fastidies!!¡Viene hacia aquí! Segura?-Me mira nerviosa y asiente con los ojos todavía chispeantes de diversión. ¿Para qué ha venido? Empiezo a planear mi huida, pero antes de que mi cerebro ordene a mis piernas que se muevan, siento su presencia detrás de mí; percibo su olor. Mierda!!!
-Me alegro de volver a verte, Irene -dice con voz pausada-. ¿Emma? ...

Sigo de espaldas a él. Sé perfectamente que si me vuelvo para saludarlo quedaré de nuevo atrapada en el peligroso reino de Dylan , un lugar en el que soy incapaz de pensar de manera racional. Ya agoté mis reservas de fuerza anoche, y no he tenido tiempo de volver a recargarlas. Esto es horrible. Prometió que no volvería a verlo. Que si le decía lo que no quería oír jamás tendría que volver a verlo. Hice lo que me exigía, así que ¿por qué no cumple con su parte del trato?...

Irene nos observa a ambos esperando que uno de los dos diga algo. Desde luego no voy a ser yo.
-Dylan -lo saluda -. Discúlpame. Tengo que ir a empolvarme la cara un poco .- Deja su copa vacía en la encimera y se marcha. La maldigo para mis adentros.
Él me rodea hasta situarse delante de mí.
-Emma, en la noche de hoy estás fantástica -murmura.
- Me dijiste que no volvería a verte -lo fulmino con la mirada y ignoro su cumplido.
-No sabía que estarías aquí.
Lo miro con aire cansado.
-Me has mandado flores.- rodeo mis ojos.
-wau! Es Verdad, Me impresiona su inteligencia y su memoria . -Una sonrisa empieza a dibujarse en sus labios.
No tengo tiempo para estos jueguecitos de el.
-Si me disculpas -digo, y me dispongo a marcharme, pero él da un paso y se interpone en mi camino.
-Esperaba que me enseñases el edificio.
- No se preocupe le avisaré a Luisa que por lo que veo te lo mostrará encantada.
-Prefiero que lo hagas tú.
-La visita no incluye un polvo de bienvenida -le espeto.
Él frunce el ceño. -¿Quieres hacer el favor de cuidar ese vocabulario?
-Usted disculpe -mascullo indignada-. Y haz el favor de volver a colocar el asiento en su sitio cuando conduzcas mi coche.
Él esboza una sonrisa totalmente infantil y yo me enfado todavía más conmigo misma al sentir que mi corazón se acelera. No debo permitir que vea el efecto que provoca en mí.
-¡Y no toques mi música!
-Perdona. -Sus ojos brillan con picardía. Es tan jodidamente sexy...me maldigo y lo maldigo a el mil veces mas y el echo de que tiene novia.
-¿Te encuentras bien?. -Alarga la mano y me acaricia el brazo suavemente con el dedo.
-¿Estás nerviosa por algo?
Me aparto.
-En absoluto. -No puedo permitir que la conversación siga ese curso.
-¿No querías ver el apartamento?
-Me encantaría. -Parece satisfecho. Enfurruñada, lo guío desde la cocina hasta la enorme sala de estar.
-Salón. -Hago un gesto con la mano hacia el espacio general que nos rodea
- La cocina ya la has visto-digo por encima del hombro mientras atravieso la habitación hacia la terraza
-Vistas. -Mantengo el tono de desidia y oigo cómo ríe detrás de mí. Volvemos por el salón hasta el gimnasio, y no digo ni una palabra más mientras recorremos el ático.
Dylan estrecha la mano a varias personas que nos vamos encontrando por el camino. Descarado , pero como yo no me detengo para darle tiempo a pararse a charlar prosigue detrás de mi como perro siguiendo a su dueño.

Maravilloso Secreto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora