Capitulo 6

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Tome de los hombros a aquella chica rubia la cual estaba empezando a hartarme

—Dios, Evelyn, dejame en paz, lo nuestro termino hace tiempo!—

Sentí como había posado sus brazos al rededor de mi cuello jalandome hacia ella uniendo nuestros labios.
Esto fue tan incómodo que rápidamente la empuje

—evelyn, ya dejame en paz porfavor—

—no tom, nunca haré eso—comenzó a retroceder unos Cuantos pasos—yo te amo más de lo que he podido amar. Por favor dame otra oportunidad—puso sus manos en su pecho

—¡por favor ya largate evelyn—comenze a apuntar con mi dedo hacia  la nada

La rubia no tuvo más opción que irse de aquel lugar.

Aproveche para intentar platicar con mi chica pero, me percate de que ella ya no estaba ahí.
(...)

Pov astrid*

Caminaba sin rumbo por las calles. Hacía bastante frío y yo no traía más que una sudadera.
Comenze q sentirme bastante mal, mi vista se nublaba, estaba a punto de caer al suelo cuando un chico bastante lindo me tomo de la cintura haciendo que recupere las fuerzas

—estas bien?—pregunto mientras me tomaba fuertemente dirijiendome hacia una camioneta

—ah, s-si—comenze a marearme—podrías llevarme a mi casa?—pregunte con voz débil

Mis ojos se cerraron haciendo que no pudiera ver que pasaba.

Desperté en una camilla de hospital con aquel chico sentando al lado mio en una silla leyendo un libro.

—qué me paso?—pregunte

—oh, al fin despiertas—una sonrisa se formó es su rostro—hacia bastante frío, al parecer llevabas ya días sin comer ni beber agua por lo que el cambio climático más lo débil qué estabas te hizo desmayarte, pero, lo bueno es que ya estas bien—

De repente un doctor entro a la sala.

—astrid müller, cierto?—comenzó a buscar en sus hojas—hoy mismo te daremos de alta, solamente necesito que la persona que va a cuidarla pase a mi consultorio por las medicinas y cada uno de los cuidados qué usted debe tener—

—oh, yo iré por las medicinas, astrid en un momento vuelvo—comenzó a caminar detrás del doctor

Ya había pasado un rato y yo ya estaba cambiada con una linda sudadera y un pantalón holgado

—bien, es hora de irnos astrid—

El misterioso chico me tomo del brazo ayudándome a caminar ya qué estaba muy débil.
Al llegar a casa el me dio las pastillas junto con un papel en el cual decía la hora exacta en la que debería tomar cada medicina.

—de verdad muchas gracias...—no sabía su nombre por lo cual solamente me quede callada

—ah, casi se me olvida, mi nombre es ángel schmidt—me extendió su mano en forma de saludo

"oh por dios, es hijo del profesor de mates" pensé

—ah, yo soy astrid müller hija de John müller y angelina Meyer—sonrei tímidamente

—oh si, los conozco, ellos tienen una empresa en los ángeles ¿cierto?—

—si haha, ¿como lo supiste?—

—mi madre trabaja ahí, creo que la conoces, ella vino una qué otra vez aqui por asuntos del trabajo—

—si lo recuerdo, usualmente mi padre la traía a la casa—

—disculpame astrid, tengo que irme ya qué hoy clase y mi padre es muy estresante haha—se despidió con un beso en mi mejilla

Giro la perilla lentamente saliendo mi casa.
(...)

Pov tom*

—tom, haz estado todo el camino sin hablar, ¿que mierda te sucede?—hablo el pelinegro confundido

—problemas amorosos—su vista se mantenía fija en la carretera

—qué problema? —levanto levemente su ceja—esta relacionado con aquella chica de nombre ummm ¿astrid? —

—ajá, si, el problema es con ella—

—qué paso, tom? Usualmente las chicas con las que haz estado son solamente de una noche —

—pues, ni como decirte, todo empezó con ella siendo una apuesta pero después me comenze a enamorar de ella—un nudo se formó en su garganta—mis jodidos "amigos" le contaron todo lo sucedido, ella me dijo que no quería nada conmigo, y, justo ayer la encontré en aquel peque en donde solíamos ir, estaba por aclarar todo con ella hasta que apareció evelyn y la cago completamente—

—tom, tienes que hablar con ella—

—nisiquiera-quiere-verme— detuvo el auto en casa saliendo de este para después adentrarse en la gran casa.

Subió las escaleras rápidamente, seguido de eso cerro la puerta con seguro para después tirarse al suelo

"de verdad te extraño, astrid..."
Aquellas palabras se repetían en su mente una y otra vez.
El sonido de unos golpes en la puerta lo hizo distraerse.

—tom, abre la puerta, necesitas comer algo—decía el pelinegro desde el otro lado de la puerta

El de rastas abrió lentamente la puerta, bill se sentó en la cama junto a su hermano y una bandeja con comida.
Tom comenzó a comer lentamente mientras que bill observaba que no dejara ni un poco.

—de verdad tienes que platicar con ella—dijo el pelinegro antes de salir de la habitación cerrando la puerta

Por si parte, tom se recostó en la cama intentando crear un plan para poderse acercar denuevo a Astrid.




the pain of love- tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora