Nada

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Peter se preocupaba por Miguel.

Ambos se conocieron en algún punto de sus existencias, cuando por error Miguel lo había visitado en su mundo, el 616 B, en vez de contactar con el Peter Parker del 616, al principio se preguntó como había la posibilidad de que existiesen otros mundos aparte del suyo, pero ya era por demás loco el pensar que tenía poderes de araña, así que eligió creer en su palabra, debido a eso no le pareció tan impactante su encuentro con Miles y los otros Spiders.

Luego de largas explicaciones en su primer encuentro, Miguel le pidió que empezaran a contactarse mas seguido para poder experimentar con las realidades y hacer misiones que requirieran de más de una persona, después de todo los enemigos a los que enfrentaban parecían estar relacionados y era más fácil combatir a alguien conocido.
Sus primeros encuentros fueron bastante emocionantes, pues fue una novedad agradable en medio de todo el desastre en el que se convirtió su vida con el paso de los años en servicio. Ser el amigable vecino nunca fue sencillo, era una vida algo solitaria, incluso aunque contaba con el apoyo de sus seres queridos, llego a un punto de quiebre en donde las cosas empezaron a estropearse.

Miguel y su entusiasmo por descubrir otros universos lo hacia olvidarse de los problemas en casa, lo ayudo a superar un poco el luto por su tía May, y también fue un refrescante consuelo cuando su matrimonio empezó a fallar. El latino nunca fue demasiado comunicativo, ambos nunca hablaron de algún problema personal que no involucrase la seguridad colectiva de sus mundos, pero simplemente el escucharlo hablar con su grave voz era reconfortante. El que le contase todas las infinitas posibilidades que existían para los otros Peters le dio también esperanza de que, si en otros mundos logro cosas asombrosas, tal vez el mismo podía superarse y salir de ese hoyo en el que se metió sin darse cuenta.


Pero en medio de su propia depresión, tal vez no se dio cuenta completamente de lo que estaba pasando con O'Hara. El castaño parecía estar casi obsesionado con descubrir nuevos mundos, como si buscase desesperadamente algo, aunque siempre se excusaba con estar en contacto con nuevos Spiders y otros héroes. Al principio Peter lo ignoro, pero conforme avanzaron los meses pudo descubrir un lado de Miguel que nunca habia pensado.

—Ayer pude ver un mundo en donde tuve una hija, se llama Gabriela—Peter levanto la vista hacia el castaño, notando como el rostro estoico cambiaba por una expresión tranquila, que miraba las luces de la ciudad por la noche con un aire distinto, como si estuviese viendo más allá.

—Oh, eso suena...—Miguel lo miró, con una sonrisa casi imperceptible. Eso lo dejo sin palabras.

—Genial, y lo fue.

Luego de la corta charla espontanea no surgió más el tema, pero pudo descubrir una necesidad que no sabía que existía en el castaño. Sus ojos marrones parecían brillar con anhelo cuando hablo de aquella niña. Sabia de buena mano que para Miguel no había nadie que lo motivase a estar mucho en su mundo, después de todo alguien que tuviese familia no estaría tan interesado en las posibles vidas de otras versiones suyas, pero la imagen que aquel hombre proyectaba nunca pareció el de una figura paternal. 

Miguel O'Hara parecía ser el icono de la rebelión y la justicia. Para Peter, el tipo de héroe que aspiraba a ser, alguien capaz de liderar, tomar decisiones que los demás no se atreverían a tomar, con un sentido del humor que no muchos comprendían, pero siempre buscando el bien común.

A veces no podía comprender completamente las motivaciones de Miguel, siendo tan recto, como si el mínimo margen de error fuese a provocar una catástrofe. Creyó que simplemente era la mejor versión del héroe.


Peter lamento haberlo juzgado de esa forma.


Endless dream-ParkHaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora