Reencarnado {Riumba}

13~ Demon

Mis párpados pesaban, me dolía la cabeza y aun con los ojos cerrados sentía que todo daba vueltas como cuando volaba al rededor de una nube demasiado tiempo.

Abrí mis ojos con pesadez, encontrándome con una cabaña bastante sencilla, estaba recostado en unos telares qué aparentemente estaban hechos a mano. Mi ropa no era más que un taparrabos y muchas pinturas en el cuerpo hechas de tonos rojos y azules.

Me levanté y por instinto tome una lanza qué estaba justo a mi lado. Al abrir la puerta, me encontré con que vivía en una aldea... Una aldea indígena por lo que parece.

Se veía la simpleza, pero al mismo tiempo el esfuerzo en los templos de al rededor, los niños haciendo pintura con frutos y escarabajos.

La pintura roja se realizaba con un escarabajo qué su interior poseía un tipo de tinto rojizo, a comparación de los otros colores que comúnmente se realizaban con frutas.

Pero ese no era el punto... Me dirigí al estanque qué aparentemente ya conocía el camino para llegar al sitio. Vi mi reflejo en este, me veía igual que antes de mi depresión... Mis ojos heterocromáticos de siempre, piel un poco menos palida y cabello pelirrojo.

Sentía tanto terror en todo esto, no sabía que estaba pasando hasta recordar las palabras del rey... Esto solo es un recuerdo de mi vida pasada, o bueno, una dem muchas vidas...

Desde ahí estoy muy confundido, se supone yo nunca había pisado el mundo humano hasta el incidente de Chernóbil en el que morí a los 13 años...

Esta es una de miles de pruebas de que mi vida es una mentira, literalmente no sé quién soy.

Estaba al borde del llanto cuando escuche aquella voz conocida y que tanto amaba.

-La cacería está a punto de empezar, ¿vendrás o no?

Volteé a ver bruscamente, poco más y me lastimaba el cuello, pero por lo mismo de mi rapidez, caí de espaldas al río.

Allí estaba él, con un cabello castaño, pero con la punta de su cabello de color azul, como si fuera de esa pintura que se realizaba en la aldea, con un taparrabos, botas hechas de cuero y lianas, una lanza y también varias pinturas en el cuerpo, sobretodo en el rostro.

-Perdón por asustarte -; Dijo con una sonrisa tímida y se agachó a mi altura. -Hace tiempo no salias de casa, Ruka... ¿Tu padre sigue molesto?

-Ehm... N-no, eso creo -; No tenía idea de que decir, me perdía en sus hermosos ojos grises.

-Escucha, sé que no tengo la mejor reputación... Pero si me dejarás hablar con él, podríamos llegar a un acuerdo para la boda.

-¡¿BODA?!

Note su semblante confundido por mi reacción, para luego bajar su lanza y sacarme de las orillas del estanque y pararme frente a él.

-Si cariño... ¿Ya olvidaste qué te propuse matrimonio? Alguien sigue sin poder creerselo -; Dijo con una mirada tan viva y brillante... No podía creer lo que pasaba. -Mejor vamos a la cacería ¿si? Atrapar algunos conejos siempre te relaja.

-Si... Vamos.

Caminamos juntos un rato y luego llegamos a una arboleda bastante extensa y dónde había otro chico, uno de ojos verdes y cabello gris.

-Al fin apareces Takiri, pensé que volverías a escaparte con Ruka a las afueras de la aldea.

Así que en esta vida se llamaba Takiri... Sigue siendo un hermoso nombre, siempre y cuando sea él quien lo porte.