19~ Fin

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El vuelo fue algo largo hacia el castillo en las conocidas nubes del cielo, Timba iba demasiado callado y se notaba que desearía que esto nunca sucediera.

Fuimos recibidos por ese ángel castaño de ojos marrones que conocí hace un tiempo, se llamaba Sparta si no recuerdo mal.

Lo salude amablemente y él correspondió el saludo con cortesía y una sonrisa algo amigable, pero se borró instantáneamente al ver como estaba Timba, cambiando a un semblante preocupado.

-Admito que quería volver a verte Timba, pero no bajo una circunstancia así -; Habló acercándose con tranquilidad y tomó su mentón suavemente, Timba se veía avergonzado por como lo miraba. -Lo siento... Debí enseñarte mejor a ser un buen guardián.

-No debes disculparte... Tampoco es mi culpa estar así, pero hubiera deseado que nunca saliera a la luz este aspecto mio... Prefería vivir con la duda de lo que era y no saber y ser esto...

-Las almas envenenadas son más comunes de lo que parece, precisamente por los ángeles que son heridos por las almas en pena cuando están haciendo su labor, seguro te brindarán una cura -; Explicó con una una pequeña sonrisa para tranquilizarlo.

-Eso espero, no me emociona que vaya a brindarme otra solución como hace tantos años -; Habló y se soltó de aquel sutil agarre.

La solución de hace tantos años... Me parece extraño, recuerdo todo, pero no la vez que terminamos bajo este embrujo qué dejamos de compartir vida juntos, al parecer a él si se le devolvió ese recuerdo.

Se despidió con un fuerte abrazo de Sparta y entramos al lugar, me encontraba bastante nervioso por estar allí, la última vez que entre fue cuando cometí el error de que Timba muriera antes de la fecha establecida... Y acabo de cometer el mismo error, ¡Me llevan las maldiciones!

Miré al rededor, reconociendo algunos vitrales y justo al frente ya estaba el rey esperando, con aquellos cabellos negros ahora con mechas blancas y su fiel esposo rubio a su lado, sosteniendo lo que parecía un cáliz de oro y cristal.

-Intenté evitar este problema por más de 1,000 años, pero creo que ya es tiempo de hablar todo y darle cierre a este experimento -; Habló el rey acercándose lentamente. -Rius, Timba... Un gusto verlos de nuevo.

-El gusto es nuestro mi rey -; Habló Timba con una pequeña reverencia ante nuestro líder.

-Bien... Vamos al grano... Timba, no hay cura.

-¿Qué?...

-Tu alma está demasiado infectada, todas esas vidas intenté limpiar la sangre demoníaca y las maldiciones que te tomaron como recipiente, pero no lo logré y creo que has llegado a tu límite.

-Mi rey... Debe haber alguna forma -; Hable nervioso de perderlo, juraba que tendría otra solución.

-Lo siento chicos, pero no la hay... La conexión que posees con Rius fue lo que logró mantenerte controlado, pero ya no hay otra alternativa... Timba... Te ofreceré el descanso eterno... Este es el fin.

Reencarnado {Riumba}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora