Capítulo I. Una bolsa verde y una carta

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Betty lleva la bolsa verde que le dio Sandra al despacho de su jefe. Siente mucha curiosidad. No por algo es miembro del cuartel. Algo en su interior desea ver el contenido de esa bolsa. Se dice a sí misma que es algo privado y no debería de abrirla. Vuelve a su hueco con la intención de trabajar, pero no logra concentrarse en nada. No puede dejar de pensar en la misteriosa bolsa verde. Finalmente decide que la abrirá con cuidado y mirará rápidamente lo que hay ahí y luego se pondrá a trabajar.

Abre la bolsa y empieza a sacar diversas tarjetas. Algunas están en blanco y otras están escritas con diversas frases románticas o estrofas de poesía. Le extraña que Armando haya encargado todo eso a Don Mario. ¿Será que Armando le pide consejo a Don Mario ya que él no es muy romántico? Desconcertada empieza a guardar las tarjetas y los regalitos cuando ve un sobre blanco. Lo abre y encuentra una carta dirigida a Armando. Empieza a leer y no da crédito a lo que está escrito. Se dice a sí misma que es un malentendido y que nada de eso puede ser verdad. Quiere seguir leyendo, pero no tiene fuerzas. Esa primera línea es demoledora. Lucha con todas sus fuerzas por no llorar mientras su cerebro trabaja a mil por hora para intentar encontrar una explicación. Justo en ese momento entra Armando.

Arm: Beatriz, mire tengo acá el informe de los puntos de venta de Marcela y...

Armando se queda cortado cuando ve a Betty en su escritorio sosteniendo un papel y a punto de llorar. No comprende que está sucediendo, pero la ve indefensa y su corazón se estruja. Rápidamente tira los informes en el sillón y se arrodilla ante ella.

Arm: Mi Betty, ¿qué pasa? ¿Qué ocurre?

Betty está en trance y no logra escuchar lo que Armando le está diciendo. Tiene la mirada perdida, no se mueve y respira de forma lenta y pausada mientras gruesas lágrimas caen por sus ojos. Cualquiera que la viese diría que Armando la está hipnotizando o que Betty ha tomado algún tipo de sustancia. Armando pone sus manos sobre sus hombros y la llama varias veces. Betty sin embargo sigue en trance. Parece que sus sentidos se hubiesen apagado ya que no escucha ni ve nada de lo que está pasando. Armando está cada vez más preocupado ya que Betty no reacciona. El la acaricia, la llama por su nombre, la mueve un poco, pero nada funciona. 

No quiere armar un espectáculo ya que sabe que todos en la planta son chismosos, pero está sumamente preocupado y no quiere dejar a Betty sola ni por un segundo. Agarra el teléfono de presidencia y busca en su agenda el número del servicio de emergencias que tiene contratado la empresa. Habla con el operador y le pide que se apuren. Este le comunica que ya está en camino la ambulancia y le da varias instrucciones. Le dice que puede tratarse de una baja de presión y le pide que la acueste y le ponga las piernas en alto a la paciente. Armando la lleva al sillón y con los almohadones le levanta las piernas. El operador le indica que trate de llamarla a ver si logra reaccionar o reconocerlo. Lamentablemente, Betty no reacciona. Sus ojos están abiertos, pero no reconoce sus alrededores. El operador le comunica que la ambulancia está por llegar en unos minutos. Armando llama a Wilson y le dice que permitan la entrada de los médicos. El tono que usa Armando es tan severo que Wilson no se atreve a preguntar que sucede o quién está enfermo.

Llega la ambulancia y como es lógico se arma un revuelo en la planta ejecutiva. Las secretarias se echan a llorar y lamentarse cuando ven el estado en que está Betty. Patricia está en la oficina de Marcela cuando escuchan el revuelo de las secretarias. Marcela secundada por Patricia sale como una energúmena a amenazar a las secretarias con el despido si no se ponen a trabajar y dejan de chismosear. La escena que ven las deja perplejas. Todas las secretarias están abrazadas llorando y ven a unos enfermeros con una camilla. Incluso ven a Gutiérrez caminando nervioso frente a su despacho.

Marc: Con miedo y asustada ¿Qué pasa aquí? ¿Qué ocurre? ¿Le pasó algo a Armando?

Sof: No Doña Marcela. Es Betty. Don Armando está bien.

Pat: ¿Y qué le pasó al garfio? ¿Se miró al espejo y se desmayó cuando vio lo fea que es?

Sand: Cállese peliteñida. No ve que es algo bien grave. Por una vez respete y no se meta donde nadie la llamó.

Marcela se queda callada y no hace ningún comentario. En ese momento pasan dos médicos llevando a Betty en la camilla. La imagen es desoladora. Betty está inconsciente por los sedantes que le han aplicado los médicos, le han puesto un suero y la han conectado a un monitor. Armando sale tras ella abatido dispuesto a acompañarla. Ha dado órdenes a los médicos de llevarla al mejor hospital de Bogotá. Las muchachas del cuartel le dan ánimos a una inconsciente Betty y le desean su pronta recuperación mientras la camilla se detiene para esperar el elevador. 

Los médicos le comunican a Armando que no puede ir con ellos en la ambulancia y él les dice que los seguirá con el carro. Va rápidamente a su oficina a buscar las llaves, su saco y su maletín. Cuando agarra esas cosas ve un sobre arriba del escritorio dirigido a él. Lo guarda en el maletín sin darle importancia y cierra su despacho antes de irse. Más tarde verá de qué se trata.

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Nota de la autora: 

¿Y? ¿Qué les pareció? Espero que les guste. Es la primera vez que escribo y publico. 

Espero con ansias sus comentarios. Gracias por leer las locas ideas de esta Bettyadicta.

¡Ya no me importa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora