Capítulo X. ¡Gané, gané, gané!

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La velada mágica terminó. Luego de una sesión de besos en el carro de Armando tuvieron que volver cada uno a su casa. Ambos se quedaron con ganas de más, de mucho más pero sabían que no era el lugar ni el momento. Betty quería que el reencuentro de sus almas fuese algo especial y planeado. Armando, por su parte, todavía tenía secuelas del secuestro de Marcela y quería que todo fuese perfecto con Betty. Él ya la había embarrado una vez y ahora que tenía una nueva oportunidad y que contaba con el apoyo de la familia al completo quería hacer las cosas bien y como dios manda. Dentro de poco le pediría casamiento a Betty y ahí tendrían su ansiado reencuentro.

Al día siguiente volvieron a la empresa y a la rutina. Las muchachas del cuartel alabaron el cambio de look de Betty. Ninguna sabía sobre la relación con Armando. Por el momento preferían que todo fuese íntimo y reservado. No estaban para chismes ni miradas curiosas. Ya a su momento lo dirian. La familia había comprendido la discreción. De lo que no se percataron fue de las docenas de cámaras que había en el concierto de Sin Banderas. Ellos entraron por una puerta lateral para evitar ser vistos por los paparazzi pero se olvidaron de que la gran mayoría de los espectadores tenían cámaras fotográficas. La dedicatoria para Betty fue grabada y entre los miles de espectadores se encontraba la periodista de la revista Corazón de Bogotá. Una semana más tarde salió una entrevista exclusiva y un reportaje al completo sobre el show de Sin Banderas. Claramente, hubo una nota aparte dedicada especialmente a hablar de la dedicatoria de Armando Mendoza Saénz "El tigre de bogotá"  a su asistente quien por cierto había sufrido un radical cambio de look.

Ya no pudieron ocultarlo y la empresa se llenó de paparazzi que buscaban algún comentario. Aura María hábilmente los recibía y despachaba con la ayuda de Wilson. En Ecomoda todos se sorprendieron pero felicitaron a la flamante pareja. Después de todo lo ocurrido querían que fuesen felices. Bueno, todos menos uno. Patricia Fernandéz observaba a la pareja con odio. Ella los culpaba de lo que le había pasado a su amiga Marcela. Además, Betty era enemiga de la ex-gerente de puntos de venta y Patricia juró que iba a ayudar a su incondicional amiga.

Pero a todo esto ¿qué había pasado con Marcela? Ella estaba ingresada en un psiquiátrico y era celosamente vigilada. No había mucho progreso y ella simplemente estaba esperando para poder salir y recuperar a Armando. En su mente, Armando era suyo y ella no lo iba a compartir con nadie. Armando sería de ella o de nadie más. Él simplemente estaba confundido ya que las demás modelos lo engatusaban y Betty le cubría las espaldas.

Patricia pudo colarse a verla el fin de semana. Coqueteó con uno de los enfermeros que además era un inexperto residente y pudo ver a su amiga por cinco minutos. Se abrazaron, lloraron y Marcela automáticamente le pregunto por su prometido. Patricia le contó que salia con el garfio y que además la asistente de presidencia ahora estaba muy bonita. Acto seguido le mostró una de las revistas donde salió el reportaje del concierto. No pudo hablar mucho más ya que el nervioso enfermero le pidió que se retire.

Marcela entró en una crisis y montó en cólera. Ahora más que nunca tenía que recuperar a su prometido y destruir al garfio. Nadie iba a quitarle lo que era de su propiedad. Armando era suyo y ella no lo iba a perder. Marcela Valencia siempre ganaba en todo. No tenía un plan concreto. Simplemente sabía que debía escapar de aquel lugar a toda costa y deshacerse de Beatriz. Trató de relajarse lo más que pudo para que nadie sospechase nada. 

Al día siguiente finalmente, vio su oportunidad. Uno de los enfermeros se había despistado comentando un partido de fútbol y ella aprovechó para salir de su cuarto sin ser vista. Se escondió en el salón principal y en cuanto vio que la puerta se abrió salió caminando como si nada. Recién media hora más tarde se dieron cuenta de que la interna no estaba por ningún lado, pero ya era tarde. Muy tarde.

¡Ya no me importa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora