¡Ya no me importa!

Capítulo XI. La noticia inesperada.

La espera fue larga pero luego de unas interminables 7 horas salió un médico a decirles que Beatriz había soportado la operación a la que fue sometida de urgencia. Todavía debía permanecer varios días en terapia intensiva pero los médicos estaban seguros que sobreviviría.

Todos respiraron y se abrazaron aliviados al saber que Betty ya no corría peligro. Lamentablemente, la felicidad no era completa ya que Armando todavía no reaccionaba.

Días después...

Betty se recuperaba cada día más. Doña Julia y Don Hermes no se movían de su lado. Sin embargo Armando seguía sin reaccionar. Estaba admitido en una habitación pero seguía en estado catatónico. A Betty le habían comentado la situación pero como ella aún estaba muy débil no la dejaban ver a Armando.

Luego de una semana Betty por fin pudo ver a su amado. Se preocupó mucho al verlo tan frágil y débil. Se acercó a el con miedo y le acarició la mano. Él no hizo movimiento alguno ni pareció reconocerla. Betty comenzó a hablarle suavemente y pedirle que regrese con ella y con su familia. Las lágrimas comenzaron a brotar lentamente por los ojos de Armando pero él seguía sin responder. Trasladaron a Betty a la misma habitación que Armando para que se recuperasen juntos. Sin embargo, Armando no mostraba mejoría alguna. Solo lloraba pero no hablaba ni respondía a estímulos externos.

Dos semanas más tarde Betty fue dada de alta. Seguiría una semana más de reposo pero en su casa. Ella no quería separarse de Armando pero entre todos la habían convencido. Ella necesitaba estar al 100% para ayudar a Armando. Betty se estaba despidiendo de su novio. Iría a su casa y vendría a verlo recién al día siguiente. Tomó la mano de Armando y la acarició. Luego le dio un beso chiquito en los labios y le prometió que lo vería mañana. Cuando estaba por levantarse notó que Armando le sujetaba fuertemente la mano. Lo miró a los ojos y Armando suavemente le susurró que no se vaya. Betty lo abrazó de la emoción y lloraron juntos. El abrazo fue interrumpido por una enfermera que venía a anotar los signos vitales del paciente. Cuando vio la situación notificó de inmediato a los médicos quienes rápidamente vinieron a evaluar al paciente. Betty fue a la sala de espera a decirle a Doña Margarita que Armando había finalmente reaccionado. El padre de Betty recién llegaba a buscar a su hija y se enteró de la buena noticia. 

Al día siguiente...

Roberto estaba por ir al hospital a relevar a Margarita cuando recibió una llamada de la penitenciaría donde Marcela estaba presa. Lo citaron urgentemente. Preocupado le avisó a su mujer y juntos fueron a la cita. Mario se quedó con Armando. Betty iría a verlo por la tarde.

En la penitenciaría...

Oficial Ramírez: Buenas tardes, Don Roberto, Doña Margarita. Tomen asiento.

Rob: Oficial, buenas tardes. ¿Qué sucede? ¿Qué es lo urgente que tienen que decirnos?

Of. Ramírez: Bien les cuento. Hace unas semanas como saben Marcela Valencia ingresó en la penitenciaría. Desde ese día la reclusa ha tenido varios malestares y ha estado inapetente. Hoy por la mañana se desmayó por lo cual la llevamos con el médico penitenciario para que le examinase.

Marg: Enojada- ¿Y? Eso que tiene que ver con nosotros. No entiendo. Poco me importa lo que le pueda pasar a esa mujer. Yo la he querido como a mis hijos, incluso la he antepuesto a ellos. Después de todo lo que hizo poco me importa su salud. Por mi se puede pudrir en la cárcel. Ya no me importa lo que le pase a Marcela.

Of. Ramírez: En este caso créame Sra. Margarita que la salud de quien fuera su exnuera le incumbe y mucho.

Rob: ¿Qué quiere decir oficial?