Capitulo 10

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Mi padre no estaba satisfecho con la forma cómo manejé la situación de Anderson. Había sido temerario, poco profesional, bla, bla, bla. Y debido a mi antigüedad, yo era el más responsables por perder al cliente que Lali.
Pero el hecho de que estaba en la lista negra de la oficina por un tiempo no me golpeó tan duro como pensarías. Sobre todo porque no tenía remordimientos sobre cómo había reaccionado. Si tengo que hacerlo todo de nuevo, no cambiaría nada. Así que, tal vez mi padre estaba decepcionado de mí, pero a decir la verdad, para cuando él termino de culparme, yo también estaba jodidamente decepcionado de él.

Además, en las cuatro semanas siguientes a esa desastrosa reunión, las cosas entre Lali y yo continuaron evolucionando. Todavía intercambiamos golpes en el trabajo, pero eran más golpes en el pecho, para provocar, en lugar de ganchos de derecha a la mandíbula, diseñados para golpear mutuamente nuestros respectivos traseros. Compartíamos ideas, ayudándonos mutuamente. Mi padre tenía razón en eso, al menos. Lali y nos completábamos mutuamente, equilibrando las fortalezas y debilidades del otro.
En algún lugar a lo largo de la línea, ella se había convertido en más que sólo un par de piernas en las que quiero meterme. Más que un par de pantalones que quiero bajar desesperadamente.
Ahora ella es Lali — una amiga. Una amiga que hace que mi polla se levante en atención cada vez que entra en la habitación, pero esa es mi cruz, supongo. Porque por mucho que todavía la desee, y tan seguro que estoy que una parte de ella me desea, Lali no es del tipo que engaña.
Al menos no del tipo que podría vivir con eso después.

...

Ahora, sé lo que estás pensando: ¿Pero qué pasó? ¿Cómo un hombre seguro de sí mismo, guapo, maliciosamente encantador se convirtió en un ermitaño descuidado infectado con gripe?
Nos vamos acercando — confía en mí.
Para mostrar la imagen completa, hay unos cuantos jugadores más que necesitas conocer en la telenovela de mierda que ahora es mi vida. Has visto al Hijo de Puta Amadeo. Él volverá más tarde, por desgracia.

Y ahora conocerás a Dee-Dee Amadeo. Es prima del imbécil. Pero no le guardes rencor por eso. Ella también es la mejor amiga de Lali. Te lo voy a mostrar.

...

—Te vi hablando con la morena con las buenas tetas. ¿Fuiste a su casa?— me pregunta Agus.

Él, Jack y yo estamos almorzando en un restaurante a pocas cuadras de la oficina. Estamos hablando de nuestra última noche de sábado.

—No llegamos tan lejos.

—¿Qué quieres decir?

Sonrío al recordar qué exhibicionista la chica había sido.

—Quiero decir que el taxi nunca será el mismo otra vez. Y creo que asustamos al conductor de por vida.

Jack se ríe.

—Eres un puto perro.

—No, salvé el estilo perrito para cuando en realidad estábamos dentro de su apartamento.

No me des esa mirada otra vez. Ya hemos pasado por esto.
Chicos. Sexo. Hablar.

Además, a pesar de la impaciencia salvaje de la chica del taxi, el sexo fue mediocre. Ni siquiera era Colgate. Era más bien una marca genérica del dentífrico que hay en las habitaciones de hotel de baja calidad cuyo nombre ni siquiera puedes recordar después de cepillarte con él.

—Hola, Lali. — dice Agus, mirando detrás de mí. Yo no la vi acercarse a nosotros.

Detengámonos aquí por un momento. Esto es importante.
¿Ves la mirada en su cara? La delgada línea de sus labios. ¿La leve arruga de su frente? Ella escuchó lo que dije. Y no se ve muy feliz, ¿verdad? Yo lo perdí la primera vez, pero tú debes tomar nota de eso. Este momento volverá a morderme en el culo más adelante.
Doy vuelta para mirarla. Su expresión está ahora en blanco y es pasiva.

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