Capitulo 8

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Al día siguiente, Lali no entra en la oficina hasta las once. No necesito decirte que este es un comportamiento inusual en ella.
Me está evitando. Lo sé porque yo he hecho lo mismo en más de una ocasión. Discretamente colándome en el club cuando al otro lado resulta que reconozco vagamente uno de mis anteriores ligues. ¿Pero ser en realidad quien está en el extremo receptor de esto? Es un asco.
No tengo el privilegio de hablar con ella hasta las dos, cuando se acerca caminando a mi oficina — luciendo absolutamente despampanante. Su pelo está recogido en lo que Euge llamaría un toque francés. Lleva un vestido negro que sobresale ligeramente en la rodilla, a juego con unos tacones altos y una chaqueta negra.
Deposita una pequeña pila de posters en mi escritorio, sus cuadros y gráficos encogidos hasta el tamaño de un portátil como habíamos acordado.

—De acuerdo. Tienes razón. Deberías hablar con Anderson. Yo te secundare.

Habla como si no nada hubiese pasado. Como si no hubiese estado temblando en mis brazos y con sus manos me dejó en llamas en esta oficina hace tan sólo unas horas. Es todo negocio. Totalmente intacta. Y eso me cabrea.
Gravemente.
Indiferencia no es una reacción a la que estoy acostumbrado con las mujeres. Francamente, es un poco difícil de aceptar.
Siento que mi mandíbula se aprieta mientras digo,

—Bien. Ese es el mejor camino a seguir.

Ahora, si no lo has adivinado, yo no soy el tipo cariñoso-sentimental. No soy dado a hablar sobre mis sentimientos hasta la muerte como algún fenómeno meditando de la nueva era. Pero estaba esperando algo de ella. Algún reconocimiento de lo que paso anoche - de la atracción que todavía existe entre nosotros dos. Pensé que ella seria quien lo traería a colación.
Es una mujer, después de todo.
Cuando todo lo que consigo es silencio no puedo evitar empujar

—Lali, sobre lo que paso anoche...

Ella me interrumpe

—Anoche fue un error. No volverá a suceder de nuevo.

¿Sabes algo sobre psicología infantil? ¿No? Bueno aquí va una lección para ti. Si le dices a un niño que no puede hacer algo, ¿Adivina cuál es la primera cosa que va a intentar y va a hacer en el minuto que tú no estés mirando? Exactamente.
Los hombres son de la misma manera. Eso va a pasar de nuevo. Pero ella no lo necesita saber por el momento.

—Está bien.
—Bueno.
—Genial.

Ella susurra

—.Bien.

Bien es una palabra chistosa, ¿no lo crees? No creo que exista otra palabra en el lenguaje que exprese tanto mientras en realidad está diciendo tan poco. Cuantas esposas le han dicho a sus maridos "Estoy bien" cuando en realidad quieren decir "Quiero cortar tus bolas con el cuchillo de la mantequilla" Cuantos hombres le han dicho a sus novias "Te ves bien" cuando en realidad quieren decir "Deberías volver al gimnasio y hacer ejerció—mucho". Es la forma más universal de decir que estamos estupendamente—cuando en realidad estamos todo lo contrario.

—Bien— repito, bajando la mirada a los papeles sobre mi escritorio.

Y entonces se va, y yo gasto los siguientes diez minutos observando donde estuvo ella, reproduciendo la noche pasada una y otra vez en mi mente.
Oye, ¿sabes que otra palabra puede significar lo contrario de lo que se supone es?
Jodido.
Qué es justamente como estaré si no consigo sacar mi cabeza de mi culo y estar de vuelta en el juego antes de las siete de la tarde.

...

Nuestra cena de trabajo va por buen camino. A pesar de que yo he hecho gran parte de la conversación, es Lali quien ha encantado completamente a Saul Anderson. Si no estuviera de tan mal humor, admitirá que ella está llevando la reunión como toda una profesional. Pero lo estoy, así que no le voy a decir a nadie más aparte de ti esto.

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