« real life »
➣ Donde Ainhoa es una futbolista consagrada, abiertamente feminista y no soporta a cierto jugador del barcelona.
O
➣ Donde Gavi es un jugador del barcelona, dispuesto a ganar títulos con su club y le gu...
━━━ F. C. B A R C E L O N A ⚽ ♪ ｡ Un dia de partit marce & lexxie fanfiction 🔵🔴
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El coche se detuvo frente a la casa, pero Ainhoa no se movió. Ni siquiera hizo el amago de quitarse el cinturón o abrir la puerta. Simplemente se quedó ahí, brazos cruzados, observando la fachada iluminada como si pudiera hacerla desaparecer por pura determinación. O prenderle fuego. Cualquiera de las dos opciones le valía.
No funcionó.
Ahí seguía, intacta, con esas luces de colores parpadeando como si no fueran lo más molesto del mundo y la música vibrando en la distancia. A través de las ventanas llegaban risas, gritos y demasiadas conversaciones superpuestas. Solo de escucharlo, ya sentía la cabeza latirle con anticipación. Esto iba a ser un infierno.
Se removió en el asiento y soltó un suspiro largo. No es que odiara las fiestas. Si estaba con la gente adecuada, podían ser hasta soportables. Divertidas, incluso. Pero esta noche no era el caso. No después del desastre en el entrenamiento. No después de la bomba que les habían soltado sin previo aviso. Y, sobre todo, no con la certeza de que ahí dentro la mayoría de los jugadores del primer equipo masculino se comportarían como si fueran dueños del mundo. Para lidiar con eso hacía falta paciencia. Y ella, justo hoy, no tenía ni un gramo.
Golpeó el muslo con los dedos mientras consideraba sus opciones. Todavía podía evitarlo. Poner cara de mareo, fingir dolor de cabeza, decir que de repente se sentía fatal y largarse antes de que alguien intentara convencerla de quedarse. Sí, no era mala idea. Sonaba, de hecho, como el plan perfecto.
Pero justo cuando estaba a punto de ponerlo en marcha, la puerta del copiloto se abrió de golpe. El susto le hizo dar un respingo.
—No me digas que piensas quedarte en el coche —soltó Pedri, apoyado en el marco de la puerta con una ceja en alto.
Ella se encogió de hombros sin mucho entusiasmo.
—¿Y si sí?
—Entonces te saco a rastras. —aseguró él sin dudar ni un segundo.
