Betty estaba en su casa aún no asimilaba todo lo que había pasado ese día, no podía creer que su padre hubiese guardado aquel secreto por tanto tiempo. Ellos jamás han tenido necesidades, pero con las ganancias de la empresa hubiesen vivido algo más desahogados, pero sabía que su padre lo había hecho porque creía que era lo mejor
Además le dijeron que al día siguiente la acompañarían al banco Montreal, estaban seguros de que él dejo su testamento allí, no por nada era tan previsorio. Suspiro cuando de pronto sintió el timbre y pensando que era su amigo fue abrir, encontrándose con Cata
B: ¿Qué haces aquí?
C: Chechy no te molestes conmigo, por favor...
B: Nunca me dijiste nada, pensé que eras mi amiga
C: Lo soy, claro que lo soy, pero lo era más de tu mamá -dijo apenada-
B: -suspirando- Lo sé, lo sé...
C: Mira lo que traje -levantando una bolsa- Es pizza y helado de moras, como una ofrenda de ¿Paz?
B: Pasa, solo porque no quiero cocinar, pero no te creas que con esto te perdonareElla solo se sonrió y paso, cada vez que entraba a aquella casa, se le venían los recuerdos de ellos y todo lo que hablaron. Julia siempre la aconsejo que no lo gustaba para nada aquellos hombres que eligió, no los encontraba honestos, pero ella de tonta enamorada no hizo caso
Claro que no se equivocó el primero casi la dejo en la ruina además de engañarla y con el segundo estuvo un poco más precavida, pero no por eso se salvó de unos nuevos cachos, como decía irónicamente
Comieron entre la charla de Cata, que le contó todo lo que sabia, así se lo había pedido Julia, solo se cayó el motivo de su lejanía del todo ya había sido testigo de que con Marcela no se llevaba bien y temía que esta la culpara de todo
También se pusieron de acuerdo que en cuanto ella tuviera acceso a su nueva cuenta bancaria como decía con sorna Betty, se haría el cambio de look, de ese modo ella mostraría toda su belleza el día del lanzamiento, pero sobre todo quería cerrarle la boca a esa pesada de Marcela
Ya amanecía en Bogotá y Betty ya estaba más que lista, se reunirían en el banco Montreal a las ocho de la mañana. Así que se empino el café y con la tostada en la mano, salió de casa dispuesta a tomar la buseta.
En el camino le salió su amigo que la noche anterior se había ido sin comer, porque vio a Cata y completamente avergonzado prefirió marcharse. Es que para Nicolás amigo de la infancia de Betty, Cata era su amor platónico, solo que sabía que para ella no existía, así que solo se limitaba en contemplarla cada vez que podía
H: Betty...Betty... -alcanzándola-
B: Nico, que hace tan temprano en la calle
NM: Pues ando buscando trabajo, ya sabe tengo una hoja de vida más que excelente, pero la cara no ayuda mucho -dijo chistoso-
B: Jojojo no lo sabre yo, todo lo que me costó encontrar un trabajo -pensando- Oiga Nico ¿Y cuantas hojas de vida ha dejado?
NM: Pues esta es la última Betty, no ve que ya ni para las copias tengo y mi mamá apenas sobrevive con la panadería -dijo acongojado-
B: Veo...veo... mire vaya a su casa y espere a que lo llame
NM: ¿Me va a conseguir trabajo en Ecomoda? -dijo asombrado-
B: No Nico...
NM: -desanimado- Entonces ¿Para qué quiere que me quede en casa?
B: Hoy tengo que hacer unas vueltas, así que lo llamare a su casa, tengo que contarle algunas cosas que han cambiado
NM: Uyyy ¿Cómo así Betty?
B: No sea chismoso ya le contare... -subiéndose al bus- Nos vemos
NM: Nos vemos Betty y que le vaya muy bien -agitando la mano-Nicolás solo vio partir la buseta y se devolvió a casa, le haría caso a su amiga, así que la esperaría la conocía muy bien y sabía que quizás le había encontrado alguna solución a su problema.
Betty en media hora estaba fuera de las puertas del banco Montreal, de pronto vio llegar un mercedes negro y de este se bajaban el matrimonio Mendoza, acompañado de Armando, después de intercambiar saludos ingresaron
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NUESTRA PROMESA DE AMARNOS
FanfictionBueno aquí estoy de nuevo 😁, en esta historia veremos a nuestros tortolitos volverse a encontrar después de muchos años, tanto así que con el paso de los años los recuerdos se fueron desvaneciendo. Pero el destino siempre mueve sus hilos y nuestros...