CAPITULO 17

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El almuerzo en la casa Mendoza fue muy tranquilo, pero además ellos contaban anécdotas de su infancia, como eran tan unidos como siempre estaban metidos en travesuras y como Chechy los seguía a todos lados, provocando el sonrojo de ella y la sonrisa de él y la picara de Mario que solo les hacía morisquetas causando que Armando solo quisiera golpearlo

Pero inevitablemente tuvieron que volver al trabajo a pesar de querer quedarse en la tranquilidad de aquel hogar. A pesar de que Armando deseaba irse solo con Betty y proponerle algún plan, su amigo se terminó colando así que ni modo tuvo que volver

Cuando llegaron a la empresa, recibieron las felicitaciones de algunos empleados por su recién estrenada relación, aunque claro más de una los miraba como no creyéndoselo del todo. En la segunda planta también lo hicieron las secretarias y Marcela solo los miraba con rencor esperando el siguiente movimiento que no tardo en aparecer desde el taller

Había hablado con aquella mujer que creyó que por acostarse con él conseguiría algo, solo hizo burlarse de ella, menospreciarla y a pesar de que la mujercita le dijo un par de verdades, siguió con su idea inicial cuando lo que en realidad deseaba era sacarla de la empresa a patadas por atrevida

Se recargo en el escritorio de su amiga y se dispuso a disfrutar de aquel espectáculo que daría.

Armando llevaba de la mano a Betty cuando vio que Claudia venia con una cara de molestia, se preguntó qué es lo que había pasado en el taller, pero prefirió no inmiscuirse. Ya estaba frente a la puerta de presidencia cuando la vio frente a él y moviendo la cabeza la insto a hablar

CB: No puedo creer lo que andan diciendo
A: ¿De qué hablas?
CB: Que estas involucrado con esta mujer, que la hiciste socia solo porque te abrió las piernas

Armando sintió inmediatamente como Betty se tensaba al momento en que apretó su mano fuertemente y como hizo intensión de dar un paso al frente y de seguro encararla. Aun con su mano tomada la paso por la espalda de ella de ese modo la neutralizaba y se aseguraría de que no le hiciera nada sobre todo porque estaban algunos empleados muy pendientes de lo que estaba pasando

A: ¿Se puede saber de qué hablas? ¿Y cómo puedes repetir tamaña mentira?
CB: Todo el mundo lo sabe, que esta mujer te hace "Favorcitos" y que tú le pagaste...
A: No te atrevas a seguir, porque te aseguro que te vas a arrepentir, además ¿Con que derecho dices algo como esto? Que no se te olvide que eres una simple empleada y estas ofendiendo a tu jefe inmediato, así que ve a tu lugar que es el taller
CB: No puedo creer que me cambiaras ¿A mí? Por ella
A: ¿Ah? ¿Ese es el problema? No me vengas con tonterías porque sabias perfectamente lo que te podía ofrecer y estuviste de acuerdo ¿Qué? pensaste que después de lo que paso ¿Me casaría contigo? Ni que estuviera loco, viviría lleno de cachos lamento decirte que no eres una mujer para tomar en serio

Claudia no pudo soportar aquellas palabras así que levanto la mano con la intensión de golpearlo, pero lo que jamás espero es que esa mujer se soltara de él y sin más le cruzara la cara

B: Ni se te ocurra tocarlo, porque te juro que te saco de aquí de los pelos
CB: -con la mano en la mejilla- ¿Quién te crees para golpearme? Esta me las pagaras
B: ¡HUGO! ¡HUGO! ...

El aludido solo pudo dar una carrerita hasta donde se encontraban y cuando vio a Claudia supo que algo había sucedido, es que la mujercita no entendía que lo que paso con Armando fue algo pasajero, solo sexo entre dos personas adultas

Es que a pesar de que este ya ni la miraba, ella se encargaba de decirle al mundo que ellos aún se entendían, que mantenían su relación en secreto ya que era algo que solo les importaba a ellos. Claro que no se cuidó para nada en salir con otros hombres por eso nadie le creía lo que decía a los cuatro vientos

NUESTRA PROMESA DE AMARNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora