CAPITULO 12

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Armando puso los ojos en blanco al ver a Marcela a su lado una vez más ¿Es que no se cansaba de que la rechazara? Eso era humillante para cualquier mujer, pero además siempre ha sospechado que detrás de tanto interés había algo oculto es más podría jurar que Daniel tenía mucho que ver en ello

Betty de primera se sorprendió por el cambio que había sufrido Armando, no sabía a qué atribuirlo, pero cuando vio a Marcela sentarse a su lado se dio cuenta a que se debía. Respiro profundo prometiéndose interiormente que no la haría perder los papeles, ya que Marcela siempre lograba que lo hiciera "Era su don" al parecer

Y lo que era Marcela tenía el ceño fruncido ella no iba a permitir que ellos se acercaran aún más y aunque no tenía modo de confirmar sus sospechas sabía que habían compartido una cama y se prometió que no iba a permitir que volviera a suceder "Como no"

A: Marcela, nos puedes dejar solos por favor
MV: ¿Por qué?
A: -paciente- Porque como puedes ver estamos comiendo y...
MV: Pues yo también vine a lo mismo, así que no veo nada de malo que lo hagamos juntos, no pienso... -se calló- Patricia anda siéntate

La aludida solo los miro unos segundos y tomo asiento en el lugar que le indicaba su amiga, ella no iba a desaprovechar la oportunidad de comer gratis. Armando estaba perdiendo la paciencia, él deseaba hablar con Betty a solas y venia esa mujer y se interponía en su camino así que con muy poca sutileza le dijo:

A: Vete a otra mesa, yo estoy aquí con Betty y no te invitamos a compartirla
MV: Pues no, yo no me muevo de aquí así que...

Betty ya estaba mosqueada sobre todo por la mirada altiva y soberbia de la mujer, así que se levantó con la intención de irse, ya se había girado para hacerlo, pero lo pensó mejor así que volvio a girarse y con una gran sonrisa le dijo a Armando

B: Anda no te compliques, si lo deseas podemos comer en mi casa, tengo bandeja paisa

Armando ante esas palabras de ella se levantó de un salto y la siguió ante la mirada rabiosa de Marcela y la extrañada de sus amigos. Le indico al maître que anotara lo que pidieron y tomándola del brazo le abrió la puerta para abandonar el lugar

Marcela solo pudo apretar los dientes, todo había salido mal, además se dio cuenta de la mirada de hastió que le dirigió esa mujer y cuando pensó que se iba a marchar iba y lo invitaba a su casa "A SU CASA" Hizo ademán de levantarse, pero la mano de su amiga la detuvo

MV: ¿Qué haces? No ves que se van juntos
P: Marce, cálmate no puedes hacer un escándalo por eso, por más que te pese ustedes no son nada y quedaras delante de todos como una loca
MV: Es que no puedo permitir que ellos se...
P: Te entiendo, pero no te das cuenta de que solo alejas a Armando de ti -como si alguna vez hubiesen estado juntos pensó-
MV: Esa mujer apareció para amargarme la vida
P: Anda relájate, ya nada puedes hacer

A pesar de que su amiga tenía razón, ella no podía permitir que una mujer se arrimara a Armando, ella era la que tenía que ser su novia la mujer más importante de su vida, nadie podría ocupar su lugar. Al final comieron tranquilamente eso si Marcela no quito la mirada de molestia y Patricia trago como si no hubiese mañana

Después de que salieron del restaurante y que el valet parking trajera su carro, Armando condujo con rumbo al barrio de Palermo mientras ella miraba por la ventana, lo había hecho para molestar a esa pesada de Marcela, pero ahora tendría que enfrentar la conversación que él tanto le ha estado pidiendo y la verdad no sabía muy bien cómo actuar

Ya estaban frente a la casa y ella sabía que no había escapatoria alguna, así que decidió tomar el toro por los cuernos y salir cuanto antes de aquella situación. Estaba introduciendo la llave cuando sintió el cálido aliento de él en su cuello provocando que la piel se le erizara por completo

NUESTRA PROMESA DE AMARNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora