La noticia de que "El Estafador de Busan" ha sido puesto en libertad desató el caos en el mundo de las apuestas.
Jeon Jungkook, reconocido como uno de los grandes estafadores de la década, ahora camina libre por las calles mientras planea su siguie...
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❝Tras la ausencia de pruebas válidas y una serie de juicios inconsistentes, el juez Kim Namjoon ha dictaminado la absolución de cargos para Jeon Jungkook, conocido en los medios de comunicación como "El Estafador de Busan", quien fue acusado de estafa tras el famoso golpe al Casino Moon Palace el 13 de octubre de 1981. La opinión pública considera que la liberación de Jeon no demuestra su inocencia, sólo deja en evidencia la incapacidad del sistema legal para probar su implicación en el robo de 2.7 millones de dólares. ❞
La noticia que recubrió los periódicos del país esa mañana de febrero de 1983, logró causar una conmoción colectiva en todos. Las personas rumoreaban sobre el caso del Estafador de Busan de camino a sus trabajos, en el transporte público o en cualquier cafetería. Algunos alegaban lo mucho que las acciones de Jeon destruyeron la imagen de Corea del Sur ante el mundo, mientras otros lo enaltecían como un dios al haber conseguido estafar a uno de los empresarios más reconocidos.
Sin importar el punto de vista que tuvieran, todos tenían algo que decir sobre Jeon Jungkook, todos a excepción de una persona que deseaba con fervor que aquella noticia no fuera más que propaganda falsa y ese sujeto traidor, desleal e infame, terminara por pudrirse en una celda lo que le restaba de vida.
Kim Taehyung, antiguamente conocido como Jeon Taehyung, no tuvo más remedio que huir de Busan en busca de una nueva vida donde el apellido de su exesposo no manchara su honor. Fue una decisión difícil, ya que un omega divorciado no era bien visto en ningún lugar. No obstante, lidiar con los comentarios sobre un matrimonio fallido no eran nada a comparación del hostigamiento de cobradores y personas del bajo mundo que lo buscaban para ajustar las cuentas que su expareja dejó pendientes.
Los medios de comunicación mencionaban una y otra vez la estafa que presuntamente, —ya que jamás pudo comprobarse—, Jeon Jungkook realizó a Kim Seokjin, magnate y propietario del Casino Moon Palace. Sin embargo, en ningún lugar de esos inmensos artículos se hablaba de las múltiples estafas que realizó a microempresarios de provincias pequeñas al sur del país.
Taehyung no justificaba ninguno de esos hechos, pero Kim Seokjin no era quien tocaba violentamente a su puerta cada mañana para que le devolviera el dinero que su esposo robó. Las personas que acosaban cada día su casa eran esos pequeños empresarios que, de alguna forma, se dejaron envolver por las mentiras del elocuente y estratega Jeon Jungkook.
Muchas veces quiso pensar en ellos como unos completos idiotas por haber caído en las mentiras del hombre, pero tras una exhaustiva revisión de su pasado, se dio cuenta de que él también creyó cada una de las palabras de Jungkook. Cuando llegó a su vida, presentándose como el alfa perfecto, trabajador y de buen corazón, Taehyung no dudó ni por un instante en enamorarse de él.
Era joven e inocente, con grandes ilusiones sobre el amor, y Jungkook, uno de los hombres más atractivos y determinados que hubiera conocido. Bastaron un par de sus dulces palabras para que Taehyung estuviera corriendo directo al altar y aceptando casarse con el que creyó era el alfa de su vida.
Ni los avariciosos microempresarios, ni el frívolo Kim Seokjin, ni el mismo Taehyung, consiguieron anticipar las acciones deshonestas de Jungkook, terminando todos en esa misma sección denominada «Los estragos causados por el Estafador de Busan».
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