La noticia de que "El Estafador de Busan" ha sido puesto en libertad desató el caos en el mundo de las apuestas.
Jeon Jungkook, reconocido como uno de los grandes estafadores de la década, ahora camina libre por las calles mientras planea su siguie...
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Las largas noches de insomnio eran la nueva constante en la vida de Taehyung. Los acontecimientos recientes consiguieron alterar completamente a su lobo que permanecía en un estado melancólico; cada noche, emitía quejidos lastimeros y aullaba anhelando un encuentro que no sucedería.
—Debes aceptar que Jungkook ya no es nuestro alfa.
Pronunció las palabras en voz alta con la esperanza de que su lobo —y él mismo—, las comprendiera. Pero ninguno pudo aceptar esa verdad, prolongando el sufrimiento.
Taehyung se acomodó cuidadosamente en la cama y permitió que su mente viajara a los recuerdos felices de su vida con Jungkook. Podría ser algo tortuoso, pero a su lobo le tranquilizaba.
Esa noche en particular, quiso rememorar el día en que se conocieron.
Era 1976, un joven e inexperto Taehyung de 16 años se paseaba alegremente por los campos de fresa. Disfrutaba de ayudar a su abuela con las tareas de la granja como la limpieza y el cuidado de los animales, pero su labor favorita siempre fue recolectar esas deliciosas frutas; podía pasar tardes enteras en los cultivos y no cansarse ni un poco.
A principios del verano, cuando la temporada de recolección estaba por terminar, el amable señor Hee-chul llegó a la granja para comprar varias canastas de fresas. Él poseía un pequeño comercio en una ciudad aledaña y pagaba bien a su abuela por la fruta. Solía visitar la granja solo, pero en esa ocasión llegó acompañado de su joven sobrino.
Taehyung recordó con total claridad la intensa emoción que experimentó cuando un alfa con profundo cabello azabache que caía en ondas por su rostro, una mirada penetrante y una sonrisa flamante, descendió del viejo camión del señor Hee-chul.
Su lobo, de inmediato, captó el profundo aroma a vino y chocolate negro que desprendía; era una mezcla inusual y completamente envolvente. No le fue difícil sentirse atraído por el alfa, quien se presentó como Jeon Jungkook, ya que era la persona más hermosa y con el aroma más agradable que hubiera conocido.
—¿Puedo ayudarte? —preguntó en un tono de voz dulce.
Taehyung estaba completamente sonrojado por el ofrecimiento, pero accedió a que el alfa le ayudara en su labor de recolección. Pronto ambos estuvieron concentrados en la tarea mientras se lanzaban miradas curiosas y coquetas.
—¿Cuál es tu nombre?
Se sintió algo tonto por no haberse presentado de vuelta cuando él lo hizo, pero su respiración estaba tan alterada por la presencia contraria, que, con suerte, no terminó desmayado sobre el prado.
—T-Taehyung, Kim Taehyung.
—Bueno, Kim Taehyung —expresó, dedicándole una sonrisa preciosa—. Espero que no sea impertinente de mi parte decirte esto, pero tu aroma a ámbar y melocotón es la cosa más exquisita que he percibido en toda mi vida.
