—El último cargamento ha llegado —informó el beta.
Jeon se encontraba de espaldas a la puerta admirando el enorme tablero de corcho frente a él. En su mano derecha sostenía un cigarro al que daba profundas caladas ocasionalmente; no importaba cuántas veces se instara a dejarlo, la nicotina provocaba en su cuerpo un adictivo estado de calma y relajación del que se valía para mantener su mente enfocada en el importante movimiento que ejecutaría esa noche.
—Puedes retirarte —ordenó al hombre.
Se acercó con vacilación al tablero y tomó de este la fotografía de Kim Seokjin, la repasó en su mano izquierda mientras daba una nueva calada al cigarro, dejó que el humo liberado la recubriera por completo y creara una impresión densa en el ambiente. Luego, volvió a posicionarla en su lugar como el conmemorativo de su primera gran victoria.
Observó el panorama completo, cinco destacados casinos resaltados en puntos estratégicos del mapa de Corea, conectados entre ellos de una forma que no era trivial ni producto del azar.
«El trabajo de toda una vida», espetó para sí.
El gran golpe a Moon Palace fue sólo el comienzo en los planes de Jeon. Lo que muchos llegaron a calificar como un hito de imprudencia, le consiguió la atención de personas influyentes en el medio. Un alfa nacido en un barrio marginal de Busan jamás habría obtenido la posición de poder que sostenía ahora de no ser por la explícita demostración de las cosas que era capaz de hacer.
El dinero, tan adictivo como la nicotina, nunca fue su objetivo; sólo una herramienta en lo que él consideraba el camino a la liberación de una sociedad corrupta e injusta. No podía denominarse a sí mismo como un héroe —sus acciones estaban lejos de ser intachables—, pero le gustaba proyectarse como un revolucionario.
Tomó asiento sobre su escritorio de madera, aun sin despegar la vista de las fotografías en el tablero. Repasar en su mente cada uno de los movimientos que estaba por ejecutar le permitía mantener el control absoluto.
Estuvo inmerso en ello hasta que una descarada caricia recorrió su espalda, subiendo lentamente sobre su camisa de franela para moverse después a su pecho. No necesitó girarse para saber de quién se trataba, el inconfundible aroma a jazmín de Baekhyun lo delató desde que ingresó a la oficina.
—¿Qué haces aquí?
—Esperaba que fueras a visitarme luego de ser liberado —susurró coquetamente en su oído antes de comenzar a besar el lóbulo de su oreja.
—Tuve otras ocupaciones —murmuró con pesadez cuando los besos comenzaron a bajar por su cuello—. Además, sabes que ya tengo un omega.
Baekhyun rio por su comentario y se posicionó frente a él; luciendo un gesto travieso, apoyó las manos en los muslos de Jeon.
—Un pajarito me contó que tu omega ha dejado el nido —se mofó.
—No es asunto tuyo, Baek.
El mencionado no pareció impresionado por sus palabras y continuó masajeando con atrevimiento sus firmes muslos hasta casi llegar a su entrepierna.
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BlackJack | KookV♤
FanfictionLa noticia de que "El Estafador de Busan" ha sido puesto en libertad desató el caos en el mundo de las apuestas. Jeon Jungkook, reconocido como uno de los grandes estafadores de la década, ahora camina libre por las calles mientras planea su siguie...