Taehyung ingresó al establecimiento con prisa, un hábito que adoptó desde que su vida se tornó caótica y poseía poco tiempo para cumplir con una larga lista de pendientes. Se acercó al colorido stand abarrotado de víveres al final del pasillo, repasó en su mente las cosas que necesitaba reabastecer en casa y cuando estuvo seguro, tomó un par de cajas de yogur natural, una bolsa de cereales, una pieza de pan y un frasco de leche.
Caminó de regreso hacia la caja registradora, sus pasos fueron rápidos, pero no por ello pasó desapercibida la intensa mirada de un alfa que cruzó en su trayecto por la tienda. Nunca fue un secreto que él era un omega llamativo; muchos alfas, hombres y mujeres, encontraban atractiva su tersa piel de un tono acanelado, su cálido aroma a ámbar y sus facciones elegantes y delicadas.
No obstante, para Taehyung toda esa atención jamás significó algo. Estaba fascinado con la idea de encontrar a alguien que se enamorara de su carisma e inteligencia, no de su belleza. Pero la realidad le demostró que incluso las personas menos superficiales podían decepcionarlo.
Una insistente voz en su cabeza —no la de su lobo que era el más sentimental de ambos—, le culpaba por su incapacidad para evaluar asertivamente la clase de alfa que lo cortejaba. De alguna manera, siempre terminaba dejándose llevar por la emoción y el romance sin considerar los aspectos que realmente importaban; algo que no resultó bien en el pasado.
—¿Llevará más productos? —preguntó el encargado, capturando su atención.
Taehyung notó la forma curiosa en que el beta frente a él analizaba sus compras, probablemente no siendo la lista del mercado que esperaría de un joven omega. A pesar de sentirse agotado todo el tiempo y no rebozar de jovialidad, su camiseta negra con un enorme estampado neón y jeans rotos a la moda terminaba siempre por delatar que transitaba sus 20's.
Intentó en varias ocasiones utilizar otro tipo de vestimenta, tal vez enormes sacos con hombreras, camisas a rayas y pantalones anchos como los omegas de la alta sociedad que observaba en las revistas de cotilleo. Sin embargo, eso definitivamente no combinaba con su alma libre y sus adorados 22 años. Por eso, a pesar de cargar con las responsabilidades de un adulto maduro, Taehyung se mantuvo fiel a sí mismo eligiendo prendas que realmente le encantaran y no lo que la sociedad dictaminaba que era apropiado para una persona en su condición.
—Es todo, señor —respondió con una sonrisa.
Mientras el enfurruñado beta calculaba el precio de su compra, Taehyung se fijó en un paquete de pocky's abierto sobre el mostrador. Esa deliciosa golosina que consistía en un delgado palo de galleta recubierto con chocolate consiguió que su lobo se retorciera en su interior y lo llevara a tomar uno de forma descarada e impulsiva.
Taehyung comió la pequeña golosina como si se tratara del manjar más exquisito en el mundo y permitió que su lobo se regocijara con el característico sabor del chocolate. En los últimos días, el revoltoso animal estuvo exigiéndole una gran cantidad de dulce en su dieta por una razón que no terminaba de comprender; probablemente sólo buscaba satisfacer su alma golosa o ayudar a su cuerpo a cumplir con ciertas funciones relevantes para esa etapa de su vida.
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BlackJack | KookV♤
FanfictionLa noticia de que "El Estafador de Busan" ha sido puesto en libertad desató el caos en el mundo de las apuestas. Jeon Jungkook, reconocido como uno de los grandes estafadores de la década, ahora camina libre por las calles mientras planea su siguie...