19. Who is this?

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Taylor

—Mellie ¿Qué estamos haciendo aquí? —Pregunté impaciente y recogí mi comida. Estábamos en una especie de food-street, con un montón de máquinas de comida japonesa alrededor donde la gente de todas partes se sentaba a comer.

—No sé realmente, Bill sólo me dijo que tenían que pagar una deuda —dijo y se encogió de hombros. Suspiré algo irritada. Los chicos se habían ido por casi dos horas y me estaba inquietando.

—¿Por qué no estás comiendo? —Mellie preguntó y señaló mi plato de sushi. Me encogí de hombros.

—No tengo hambre —suspiré y me recosté en la silla. Mellie se encogió de hombros y siguió comiendo. Unos veinte minutos después, Bill y Tom salieron por una puerta trasera y se acercaron a nosotras mientras Mellie y yo hablábamos de unos antiguos novios que habíamos tenido.

—¿De qué están hablando? —preguntó Bill con una sonrisa curiosa mientras se sentaba al lado de Mellie, que se rió por lo bajo mientras le tomaba la mano con la suya.

Tom tomó asiento a mi lado y colocó su brazo alrededor de mis hombros mientras se llevaba un pedazo de mi comida a la boca.

—Nada especial —me reí entre dientes mientras Mellie empezaba a reírse un poco, haciendo que Tom y Bill la miraran divertidos. Le dediqué una sonrisa antes de que se girara hacia Bill y empezaran a besarse, con mucha fuerza, delante de todo el público.

Me limité a poner los ojos en blanco mientras me volvía hacia Tom, que seguía picoteando en mi comida.

—¿Y si me iba a comer eso? —Dije y cogí un poco de wasabi con un palillo.

—Bueno, ahora se ha ido —Tom se rió y
y se metió el último trozo de sushi en la boca.

—No es justo —gemí mientras se tiraba de la comisura de los labios y se mordía el piercing. Me había dado cuenta de que sustituía a un beso o un abrazo.

Bill y Mellie podían hacer prácticamente lo que quisieran en público, pero Tom nunca mostraba intimidad si no estábamos solos o con los demás.

Creo que era porque Tom siempre cubría las espaldas de sus hermanos si alguien hacia algo pero el no podia meterse en la cabeza que su hermano estaba en peligro por el mismo.

Así que mostró al público que era frío como el hielo sin debilidades.

—Entonces, ¿Cómo fue el negocio? —Pregunté despreocupadamente mientras Tom apretaba la mandíbula. Sabía que se suponía que no debía preguntar a los chicos por sus trabajos, pero quería saberlo, me interesaba.

—Sabes que no voy a hablar de eso —dijo, apretó los labios y miró al frente. Me burlé.

—Tom, vamos, sabes que quiero saber —le dije con firmeza mientras Tom mantenía la mirada fija.

—No discutiré esto contigo —dijo con voz fría mientras yo gruñía. Algún día descubriría exactamente lo que hicieron.

—Solo espera —dije con un gruñido bajo y
Tom se rió divertido.

—Me encanta cuando peleas de vuelta —me sonrió mientras yo negaba con la cabeza.

—Bill, es hora de irse —dijo Tom mientras Mellie y Bill se soltaron, sonrieron ligeramente los dos.

Todos nos levantamos y caminamos de vuelta a los coches que estaban aparcados a una manzana de distancia. Bill y Mellie iban delante de nosotros mientras ambos se reían y se besaban de vez en cuando, casi saltaban por la calle. Me reí por lo bajo a mí misma en ellos y su infantilismo, pero al doblar una esquina, sentí que Tom deslizaba sus dedos entre los míos.
Miré a mi alrededor y no vi, por supuesto, a nadie. Mantuve la mirada al frente y tiré de una pequeña sonrisa mientras apretaba la mano de Tom entre las mías, nosotros al contrario que su hermano y mi mejor amiga, caminábamos en silencio.

Hate, love, cars and mafia together in Tokyo / Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora