Taylor
—¿Qué se siente? —preguntó Tom de repente mientras me sacaba de mis pensamientos y le lanzaba una mirada sonriente.
—No muy especial —mentí y reduje un poco la velocidad mientras él se reía.
—Te gusta el coche, ¿Verdad? —dijo más despacio pero con un fuerte tono de arrogancia mientras yo no podía contenerme.
—Bien, me encanta —gemí mientras él se reía un poco. Hice un giro y me detuve junto a la enorme puerta del garaje mientras conducía dentro en el oscuro lugar, donde se iluminó un poco de todas partes con la suave luz de la ciudad exterior. Paré el coche y salí, rodeé el coche mientras Tom salía, todavía haciendo sonidos dolorosos.
Me mordí el labio ligeramente, sintiendo algo de lástima por él, pero rápidamente recordé lo cerca que estuvo de golpearme en la cara y me encogí de hombros mientras volvía a rodearme los hombros con su brazo. Me ayudó mientras lo llevaba a su habitación, todo lo que puedo decir es que no es fácil ayudar a un tipo muy grande en tacones.
Tom seguía haciendo ruidos, pero lo puse
en su cuenta y él se inclinó, suspirando
profundamente. Decidí quitarme los tacones, que hacían que me dolieran los pies. Me agaché y empecé a quitármelos, ya que me sentía como observada, por el rabillo del ojo vi como Tom se levantaba de la cama, mirandome.—Jugando Sexy para mí ¿Eh? —de repente
sonrió y yo me levanté, sonrojada.—¡No, no lo hago! —Dije firmemente mientras él sonreía aún más.
—Adelante —dijo e hizo un pequeño gesto con sus manos mientras se apoyaba en sus brazos. Apreté la mandíbula ante eso.
Aunque quería acercarme a él para abofetearle la cara sonriente, necesitaba y quería quitarme los zapatos que me dolían.Me desabroché las cintas que me rodeaban los tobillos y me quité los zapatos de una patada mientras volvía a mirarlo. Se mordía ligeramente el aro del labio mientras me miraba detrás de las gafas que aún llevaba puestas.
—¿Tienes un maldito fetichismo por los pies o algo así? —le respondí obstinadamente mientras ponía las manos en las caderas. Se rió entre dientes y sonrió.
—No, pero estás muy guapa —dijo y sonrió con satisfacción mientras volvía a hacer una mueca de dolor. Vi cómo la sangre de su camisa se extendía un poco más cuando me acerqué rápidamente a él.
—Creo que se te ha reabierto la herida —le dije mientras me gruñía. Le devolví la amenaza con los ojos entrecerrados.
—Quítate la camiseta —le pedí mientras me miraba con una ceja levantada. Suspiré.
—Solo quítatela —dije irritada mientras el agarraba su camisa roja tratando de quitársela sin mucha suerte. Suspiré y lo ayudé a mientras él agarraba su camiseta blanca y se la ponía lentamente por la cabeza. Tuve que contener la respiración al ver cómo se le movían todos los músculos de la parte superior del cuerpo, tiró la camiseta y volvió a tumbarse en la cama con un gemido. Me mordí la lengua dentro de la boca para no babear por la increíble forma de su torso. Debajo de su holgada ropa tenía un montón de músculos.
Miré su herida e intenté concentrarme en ella mientras me sentaba en la cama a su lado y ponía el pequeño botiquín a mi lado. Cogí un trozo de algodón suave y limpié alrededor de la llaga sangrante mientras le oía hacer una mueca de dolor, también le ponía un poco de crema refrescante.
—No creo que debas beber alcohol hasta que esto se haya curado correctamente —le dije mientras daba un suspiro agradecida de que no se le hubieran arrancado los puntos para que tuviera que volver a hacérselos, sólo se habían estirado un poco pero si se calmaba un par de horas volverían.
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Hate, love, cars and mafia together in Tokyo / Tom Kaulitz
FanfictionTaylor decide mudarse a Tokio con su mejor amiga Mellie. Mientras ahí, su amigo Hirato las invita a una fiesta de carreras callejeras. Donde inesperadamente conocen a Tom Kaulitz, el jefe de la mafia japonesa más temido. Con la compañía de su herman...