Taylor
—¿Qué estás haciendo? —Murmuré mientras y mi cabeza en el objeto caliente que me movía. Una voz retumbó algo pero no capté lo que la persona decía pero podía sentir las vibraciones en mi oído.
Estaba en ese estado de medio despierta, medio dormida. Ese momento en el que no eres realmente consciente de lo que te rodea. Me sentí transportada mientras rodeaba con mis brazos el cuello de la persona antes de sentir el material de las suaves sábanas rozando mi piel. Solté un pequeño gemido de placer mientras envolvía con los dedos la mullida funda.
Aunque en ese momento me sentía como en una nube, me sentí como si estuviera siendo observada. Quería seguir durmiendo, pero me obligué a despertarme un poco más. Con un leve bostezo me giré y vi la silueta negra de un hombre. Estaba a punto de lanzar un grito de miedo, pero me contuve cuando la repentina adrenalina que empezaba a correr por mis venas desapareció y, en su lugar, exhalé profundamente.
—¿Tom? —Susurré, mi voz sonaba
más débil de lo que pensaba. Parpadeé un par de veces y pude verlo mejor con la poca luz que había en la habitación.Miraba hacia su regazo mientras estaba sentado a un lado en la otra parte de la cama. Me arrastré ligeramente más cerca de él y puse una almohada sobre mi codo y bajo mi cabeza mientras me apoyaba en ella, mirando a Tom.
—¿Cuándo has vuelto? —le pregunté en voz baja mientras él me miraba lentamente a los ojos. Parecía cansado, estresado y casi un poco avergonzado. La preocupación se apoderó de mi estómago, había estado así durante un tiempo, lo poco que había visto de él. No sabía cuánto tiempo más podría aguantar su aspecto y su comportamiento. Estaba empezando a afectarme a mí también.
—Hace unos minutos. Te levanté del
el sofá —dijo en voz baja mientras se giraba ligeramente y empezaba a desvestirse quitándose las zapatillas.—Oh.
En silencio, vi cómo se quitaba la camiseta por encima de la cabeza, dejando al descubierto la larga cicatriz doblada que tenía junto al omóplato. Rápidamente se quitó los vaqueros y los tiró. Parecía que dudaba un momento antes de volverse hacia mí. Con una sonrisa insegura, me aparté para dejarle sitio en la cama mientras él levantaba la funda y se metía dentro. Conseguí quitarme la ropa y la tiré al suelo. Aterrizaron con un ruido sordo junto a la patas de la cama mientras sentía el frescor.
Estiré la mano y tomé mi ropa de dormir, que contenía una camiseta prestada más pequeña de Georg y un par de pantalones cortos. Me los puse rápidamente y me pasé los dedos por el pelo.
De repente, sentí que Tom me rodeaba la cintura con el brazo y me acercaba a él. Aproveché su repentino intento de intimidad y hundí la cabeza en su pecho firme. Me apreté un poco más contra él. Esto era lo más cerca que había estado de Tom en lo que parecían semanas. Estaba hambrienta por él.
—Tom, ¿Está todo bien? —Le pregunté en voz baja y sentí que me abrazaba con más fuerza.
—Sí —dijo cansado. A medida que el calor de su cuerpo empezó a calentarme, me di cuenta de lo vacía que me había sentido sin su contacto.
Sabía que no debía seguir preguntando pero su comportamiento había sido tan extraño y yo realmente quería saber por lo que estaba pasando. Pero, por supuesto, Tom me mantuvo en la oscuridad de lo que realmente estaba pasando. No era de él ninguna manera de actuar como lo estaba haciendo. No queriendo hablar con nadie, evitando a otras personas, pareciendo cansado y frustrado todo el tiempo y pareciendo que estaba lleno de vergüenza, pero no estoy realmente segura si era por él mismo o por alguien más.
—¿En serio? —arrullé. Comenzó a acariciar mi cadera donde tenía su mano, enviando escalofríos por mi espina dorsal.
—Todo está bien cuando me tumbo aquí contigo —susurró mientras se me hacía un nudo en el estómago, pero también se me derretía el corazón con sus palabras. Sonaba como si estuviera soportando algún tipo de tortura sin que yo lo supiera. Lo rodeé con mis brazos y lo abracé con fuerza, esperando poder darle consuelo. No sabía qué le había pasado estas últimas semanas, pero todo parecía al menos sereno cuando estábamos tumbados así. Nada podía molestarnos ni a él ni a mí aquí. Me sentía como en una zona segura. Esperaba que él también pudiera sentirlo.
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Hate, love, cars and mafia together in Tokyo / Tom Kaulitz
FanficTaylor decide mudarse a Tokio con su mejor amiga Mellie. Mientras ahí, su amigo Hirato las invita a una fiesta de carreras callejeras. Donde inesperadamente conocen a Tom Kaulitz, el jefe de la mafia japonesa más temido. Con la compañía de su herman...