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Minho le dio a Felix la llave que él intentaba alcanzar, tratando de no reírse cuando el principito apenas si levantó la vista de donde su cabeza estaba enterrada en el motor de su nave mientras gruñía su agradecimiento. Minho sólo negó con la cabeza. El ver a Felix así, tan absorto haciendo las reparaciones a su nave, enfocado y determinado, hacía que Minho deseara al hombre aún más.
Esta era la primera vez desde que Minho había rescatado al pequeño extraterrestre, que Felix no parecía ser del tipo indefenso como una "damisela en apuros". Viendo la forma en que Felix mordía su labio inferior mientras arrugaba el entrecejo juntando las cejas por la concentración mientras se estaba de pie en lo alto de la escalera, girando algo en el motor con más fuerza, provocó una oleada de deseo y necesidad que corrió a toda velocidad a través de Minho.
Casi gimió en voz alta cuando Felix se inclinó de nuevo, buscando en el motor, dejando su pequeño, perfecto y tentador trasero inclinado, prácticamente mendigando para que Minho subiera por la escalera y lo manoseara un poquito.
Gracias a Dios, Felix había accedido a ponerse una sudadera antes de venir a trabajar. Si Minho hubiera estado mirando el trasero desnudo del hombre... bueno, digamos que la reparación de la nave sería la última cosa en cualquiera de sus mentes.
Si él no lo supiera, podría haber jurado que vio a Felix asomarse para echarle un vistazo un par de veces mientras estaba enganchado en la parte superior. «Pero eso no puede ser cierto, ¿verdad?» A pesar de la atracción que corría entre ellos,y los abrazos que se habían estado haciendo antes, nada podía salir si ellos dormían juntos. Felix parecía tan decidido de irse a casa.
Minho se negaba a tratar de detenerlo.
«Sin importar lo mucho que deseas...», su mente lesusurró a Minho y rápidamente le cerró la puerta a ese pensamiento seductor.
No sería capaz de vivir consigo mismo si deliberadamente le saboteaba a Felix la posibilidad de irse a casa, a su planeta. Su padre probablemente se levantaría de su tumba sólo para zurrar a Minho para que se comportara bien. No sólo eso, la expresión de la bonita cara de Felix cuando hablaba de su mundo natal, era tan triste y anhelante, que hizo que Minho tomara la decisión, aun cuando no estaba seguro de si debía o no decirle al pequeño sobre la nave espacial.
Así que sin importar lo mucho que le dolía ver a Felix trabajando en las reparaciones que eventualmente lo llevarían lejos, Minho sabía que había tomado la decisión correcta.
Arrastrando sus ojos lejos de la tentación meneándose delante de él, Minho miró el reloj en su muñeca. El metal estaba ligeramente manchado, pero ese reloj había sido de su abuelo y Minho no reemplazaría su viejo reloj por nada en el mundo.
«¿Dónde diablos está Chan? ¿Es realmente tan difícil escoger ropa de mujer?»
Chan se había ido hace un poco más de una hora para un pueblo vecino a conseguir algo de ropa de mujer y todas las otras cosas que los tres creían que una nueva esposa pudiera necesitar. Minho había estado agradecido cuando Chan aceptó ir de compras en lugar de ellos, sobre todo porque Minho habría estado totalmente desorientado cuando se trataba de cosas para chicas. Al menos Chan tenía algunas primas a quien podía llamar, Minho estaría completamente jodido en ese departamento.
