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Minho siempre fue una persona de bien. Siempre respetaba al prójimo e intentaba dañar a la menor cantidad de personas posible. Odiaba los conflictos y odiaba cuando la gente discutía. Odiaba cuando la gente manipulaba y mentía.

Y ahora, sentado en el sofá a un lado de Jisung, observándolo con detenimiento, se cuestionaba su moral. ¿Tiraría todo por la borda sólo para poder terminar su tesis? Las palabras de ánimo de Kento resonaban en su cabeza, porque sí, el alien se estaba ofreciendo en bandeja, estaba ofreciéndole una vía fácil para terminar con su tesis a cambio de vivir una experiencia humana. Y  ¿Qué más humano que una mentira piadosa?

Negó con la cabeza.

—Tu cabeza hace mucho ruido —murmuró el peliazul a su lado—. Y antes de que me grites, no he entrado en tu cabeza ni nada parecido.

Minho entrecerró los ojos.

—Tus vibraciones, aquí. —señaló los costados de la cabeza del humano.

—¿Vibraciones dices?

—Sí, ustedes no pueden sentirlas porque-

—Sí, sí, no hemos desarrollado nuestro cerebro al 100% —le cortó, resignandose—. Es la forma más creativa en la que me han dicho imbécil, ¿Sabías? —se burló.

—Pero no lo eres... —respondió en un susurro el otro.

—Como sea, estuve pensando en lo que dijiste hace un rato. ¿De verdad quieres conocer la Tierra? —preguntó, el peliazul asintió—. Supongo que podría enseñarte un par de cosas —lo miró de reojo—. Entenderás que no puedo enseñarte todo el planeta por  razones obvias, aparte, tengo una tesis en la que trabajar. No podré hacerlo todo el tiempo, pero mientras estés aquí podría llevarte a conocer Tokio, ¿Eso te interesa?

El peliazul asintió frenéticamente. —Sí, eso sería perfecto.

—Bien, entonces tenemos un trato —le estiró la mano. Jisung la miró, ladeando la cabeza. Entonces la tomó, observándola. Lee rió—. Tienes que sacudirla, Jisung. Cuando se cierra un trato tienes que darme la mano y sacudirla, así...

El peliazul entendió al instante y siguió a Minho.

—Espera un momento, ¿Qué ganas tú a cambio? Un trato es uno cuando las dos partes ganan algo a cambio, tú no me has pedido nada y-

—¿Cómo es que sabes los tecnicismos pero no cómo llevarlo a la práctica? —le preguntó, riendo—. Nada. Solo quiero que me cuentes de ti y de tu planeta —dijo, esforzándose por ocultar la parte en que en realidad quería saber todo para su tesis—. Desde pequeño me ha llamado la atención. Mi padre me inculcó mucho sobre la astronomía y ya ves, es lo que soy hoy en día. —murmuró con algo de nostalgia. Era verdad, pero no le quitaba el hecho de que estaba ocultando sus reales motivos, y eso lo hacía sentir un poco incómodo.

El peliazul lo pensó unos momentos. Sonaba algo razonable, aunque Minho no pedía mucho, era extraño. Sin embargo, todo eso pasaba a segundo plano con solo pensar que Minho le mostraría el mundo a través de sus ojos.

Pensó brevemente en Lee So-Han y en su padre.

—Está bien. —sonrió.

Minho observó la sonrisa del chico, era algo muy tierno.

—Empezaremos mañana entonces, ¿Te parece? —preguntó.

—¿Por qué no hoy? —cuestionó.

—Oh, hoy voy a salir, así que no estaré disponible —anunció, notó como el ceño de Jisung se arrugó un poco—. Sé que no conoces mucho a Kento, pero tendrás que quedarte con él hasta que vuelva, ¿Sí? Dormirás en mi habitación nuevamente, así que el camino ya lo conoces si te llega a dar sueño o algo.

𝚟𝚘𝚢𝚊𝚐𝚎𝚛 || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora