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Si Minho hubiera imaginado que terminaría besando a un ser de otro planeta cuando era adolescente, probablemente se hubiera reído de sí mismo y dudado la factibilidad del hecho.

Pero ahora todo era distinto. Con Jisung viviendo bajo su techo, y luego de la intensidad de lo que había estado sucediendo, no le parecía para nada lejos de la realidad. Aunque no iba a mentir, sí lo desconcertaba un poco. Lo había tomado totalmente por sorpresa.

Sin embargo, sabía que aquel beso causaría estragos. Más que nada porque tan pronto como rompieron el contacto, el humano sintió el peso de sus acciones.

Y en ese momento, con el chico mirándolo con sus ojos expectantes, no supo qué más hacer, salvo levantarse y huir hacia su habitación, anunciando que iría al baño.

A Jisung no le tomó nada de tiempo darse cuenta lo que ocurría, era lo que los humanos llamaban arrepentimiento, y no supo bien cómo sentirse al respecto. ¿Debería enfadarse?, ¿Qué era, de todas formas, ese extraño malestar que se estaba instalando en su interior?

Minho se encerró en el espejo, mirando su reflejo, en un intento por conectar consigo mismo para lograr entender porqué había respondido al beso con tanta facilidad. No era ciego, el aspecto de Jisung era atrayente, y no había podido evitar sentir algo extraño. Quizá era la curiosidad con la que siempre brillaban sus ojos, o la forma en la que le ponía atención en absolutamente todo y los temas en común que tenían. Conectaban increíblemente bien, y a pesar de que estuviera actuando extraño esos últimos días, simplemente lo asociaba con su fase de adaptación. Pero entonces, ¿Por cuánto tiempo estaría viviendo con él?

La puerta fue golpeada y Minho se tensó, rompiendo todo contacto consigo mismo. Abrió la puerta y notó al peliazul mirándolo con una expresión de confusión.

—Ji-jisung yo estaba... en el baño. —dijo torpemente.

El menor pestañeó, mas no dijo nada. El mayor atinó a salir del lugar y cerrar la puerta detrás de sí, para posteriormente dirigir sus lentas y tensas pisadas hacia la cama, donde se recostó, observando con atención la reacción del alien.

—¿Sientes arrepentimiento? —preguntó el otro, como necesitando una respuesta—. ¿Lo... lo hice mal?

Y Minho se atragantó con su propia saliva al oír su última pregunta. ¿Por qué le preguntaba eso? Lo ponía en una posición que claramente quería evitar. Cuando logró calmarse, se sentó en la cama y lo observó, midiendo sus palabras antes de dejarlas salir.

—No fue eso, Sung... y no... no pienses eso. Es solo que... me abrumó. —intentó justificarse.

—¿Te abrumó?

—¿Volvimos a repetir palabras? —cuestionó con una sonrisa juguetona, en un intento por desviar la conversación, mas cuando vio que no sirvió de mucho, dejó el aire salir de sus pulmones con algo de nervios—. Sung, ¿Está todo en orden? Quiero decir, con nosotros.

El alien no lo diría en voz alta, pero el hecho de que hubiera dicho "nosotros" había acelerado su ritmo cardiaco. Asintió lentamente.

—¿Y contigo?, ¿Tú estás bien? Y no me refiero a lo que acaba de pasar, sino a... en general.

Y le tomó un tiempo más para decidir qué responder. Era muy pronto para contarle, no podía llegar y vomitarle todo lo que sabía. Sobre todo porque pensó que Hyunjin y Seungmin tenían razón; tan pronto como lo hiciera, el chico lo odiaría, probablemente. Y no quería eso. Ni siquiera podía imaginarse que Lee Minho lo odiase.


Hyunjin se lanzó sobre el sofá, frustrado.

Sí, quizá se había pasado, pero que Jisung jugara su carta de realeza le apestaba. Él no era así, ni siquiera le importaba su posición en el otro planeta, ¿Por qué aquí sí?

𝚟𝚘𝚢𝚊𝚐𝚎𝚛 || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora