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I. ignorante sufrimiento

Su primer día en la UA fue lo esperado, siendo un niño de gran intelecto - no cualquiera podía entrar a esa escuela, sea el departamento que sea tendrás por seguro que serán unos malditos genios, con quirks asombrosos o, en el peor (y muy poco) de los casos, algún niñito de papi- no sobresalió más que sus compañeros. Todos parecían tener el mismo perfil de personalidad.

Introvertidos, tímidos, callados. Izuku sí era eso, aunque ahora más que tímido se le podía encasillar como apático. En ocasiones su mente viajaba con soltura hacia el cabello en picos de su amigo de la infancia, en cómo se movía y todo lo demás. Ya no sentía las típicas mariposas en el estómago que lo acompañaron casi desde primaria, cuando Kacchan no era tan cruel y, de vez en cuando, jugaban en algún parque.

Porque sí, su cerebro ya no procesaba las emociones de la misma manera que antes. Ahora era más... Como si simplemente pensara en el rubio, sin nada por detrás.

No poder sentir no es sinónimo de olvidar. Un primer amor (y último) tan explosivo, peligroso y mortal como aquel no se iba así como así. Incluso si ahora Izuku no era capaz de identificar sus propias emociones. Inclusive el katsudon, aquel platillo que le habría el apetito por completo ya no lo hacía sonreír.

Por supuesto, a veces sonreía. A su madre, porque tal vez ya no podía hacerlo de forma genuina, pero sabía que jamás dejaría de amar a su madre, por más que le arrancaran el corazón, a su madre no podía no darle una sonrisa, incluso si era fingida, sabiendo lo feliz que la ponía aquella simple acción.

De forma equitativa la clase decidió que Izuku sería el delegado de la clase 1E, principalmente por su aparente rostro de póker (sería un buen líder, pensaron) A Izuku no le importó particularmente, le dió igual. No le molestaba, tampoco lo ponía feliz. Era solo otra responsabilidad más.

Como primer tarea se les asignó hacer un test psicométrico de las clases de héroe de primer año para poder evaluar e implementar estrategias según el ambiente o situación planteada por su maestro: N° 13 (Izuku estaría emocionado de conocer un héroe tan increíble como él)

Poco después cayó en cuenta de su despiste. Tendría que ver a Kacchan. Si pudiera, se echaría a llorar. Aquella (muy interesante) primer tarea logró hacerlo olvidar de formas momentánea su ligero pánico, aunque no podríamos llamarlo así... Era más como una sensación de saberse en peligro inminente.

«Estamos en la escuela». Se dijo «No puede hacerte nada».

Con ayuda de sus compañeros de equipo esbozaron un borrador sobre las preguntas (según su libro de psicología) que eran mejor para cada tipo de persona y cómo debían de evaluar cada contestación, junto a un sondeo profundo sobre el quirk. Casi con felicidad, Izuku vió como una chica bastante alta pidió entrevistar a Katsuki Bakugou de antemano. Les habían dado los archivos de todos los estudiantes del curso de héroes, y de poco en poco los quipos iban tomando equitativamente cierta cantidad de estudiantes para que ambas clases quedaran completas.

Una de sus compañeras con pinta de pinki pie levantó de pronto la mano con ojos brillosos. "¡Pedimos a Todoroki-kun!" todos asintieron, sin prestarle atención a la única persona que no parecía encajar en la mayoría de todo aquel salón silencioso. Con incomodidad la niña bajó la mano, disculpándose.

Izuku conocía el apellido, Todoroki Enji, el poderoso héroe N° 2. Ahora tocaba escoger a otra persona, tal vez. Dejó que sus compañeros terminaran de hojear los archivos y elegir a los faltantes.

"Monoma-egh, no puedo pronunciar su nombre. Monoma-kun es el siguiente " El pierde asintió, más interesado en terminar el capítulo de psicología analítica en el cual se vió inmerso.

Todos parecían conformes con los otros nombre que salieron, así que Izuku no intervino en absoluto.

"¡Bien!, Terminemos el bosquejo, la clase B de héroes nos podrá atender en cuarenta minutos." Se habían hecho bloques para realizar las entrevistas, principalmente para evitar alguna inconformidad por algún cerrado o envidioso.

Se pusieron a trabajar.