VI. dolor crudo

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Incluso en la tempestad de su martirio, en aquellas oscuras épocas en las cuales los gladiolos rojos salían de su boca sin permiso, ensangrentados, rompiendo la suave piel de sus mejillas internas, encías y lengua, Izuku encontraba un pequeño consuelo. Los gladiolos rojos eran hermosos, incluso así, cuando el mensaje que debían de dar era aterrador y mortífero, Izuku los apreciaba.

Tanto así que, de una forma bastante hiriente para sí mismo, decidió que la mejor forma para tener un recordatorio de una etapa de su vida que cualquier persona quisiera olvidar, era criogenizar la última flor que escupió. Era pequeña, roja como la sangre y probablemente llena de ella.

Estaba sobre su mesa de noche. Su mamá al principio se había negado a tener tal cosa bajo su techo, aunque un par de razones de Izuku le bastaron para asentir e ignorar el pequeño cubo de hielo que, gracias a algún quirk, no se derretía.

El trabajo que entregaron fue el mejor de la clase. N°13 lo usó como ejemplo sobre las expectativas que tenía sobre el trabajo, mismas que la gran mayoría cumplió, aunque el trabajo de su equipo cumplió toda la rúbrica. Un diez asegurado.

La siguiente parte del bloque (exceptuando los cursos de informática y computación junto a idiomas que tenían) era armar una estrategia para un mejor rendimiento del quirk para cada una de las personas que le tocaron. En general a cada uno de su salón les tocaron dos personas, aunque habían algunos egocéntricos que pensaron que tomar a más personas era sinónimo de mejor calificación (por su puesto que no lo decían, las peleas entre inteligentes eran más inteligentes que las de la gente común) así que ahora se lamentaban por haber querido morder más de lo que podían mascar.

Por ahora Izuku se centraría en Monoma Neito y Todoroki Shouto. Ambos eran espécimen's extraordinarios. Iría a los entrenamientos de cada clase y, en base a la fuente de datos de la UA y del afiche donde venía toda la información del quirk, haría su reporte.

Nada de eso tomaría mucho tiempo, tomando en cuenta lo observador que era Izuku y la atención que le daba a algo cuando le interesaba. Por ejemplo, al parecer Monoma-kun podía copiar hasta cinco quirks (teniendo una sobre carga si usaba más de dos al mismo tiempo, es decir con sólo usar uno y dependiendo de cuál fuese, se sentiría como un niño de cuatro años que apenas recibió ese quirk. Trabajar en ello.) Durando estos un total de veintiocho horas máximo, Izuku empezó a armar una estrategia. Estaría bien hacer una colaboración con los de laboratorio y robótica... ¿Cómo le decían?, ¿Cuarto de chatarra?  Para así poder averiguar si se podían guardar de alguna forma los quirks más útiles en algún dispositivo, siendo así que si el toque de piel a piel era lo que ocasionaba el copy-paste del quirk... Tal vez obtener algo más específico del ADN del individuo ocasionaría una mejor absorción del quirk junto a una mayor durabilidad... Tendría que irse a una práctica porque por supuesto eran sólo conjeturas... ***

El lápiz, ya sin borrador (Izuku lo había estado mascando hasta destrozarlo y escupirlo) tocaba con suavidad el labio inferior de Izuku, había parado de escribir un momento mientras meditaba. Le dió un sorbito a su brik de leche deslactosada con café. Su estómago era sensible, ¿Okey? Y aunque prácticamente no sintiera dolor, cagarse o echarse pedos en medio de la clase no estaba en su lista de espera.

Volvió a escribir poco después, tecleando de vez en cuando en su laptop. El borrador iba en su cuaderno, lo limpio en la laptop.

Sin darse cuenta terminó con la parte de Monoma. El mismo se habia estado pavoneando cuando Izuku fue a observar el entrenamiento. Una de sus compañeras cuyo quirk era hacerse crecer las manos tuvo que darle un zape para que volviera a prestar atención a la clase y dejara en paz al pequeño ratón de la clase E que fue a visitarlos (como otros tantos).

Se estiró en su pequeño rincón de la biblioteca. Estuvo unas buenas horas ahí metido. Subió los lentes que hace poco se había comprado. ¡Su vista se estaba yendo al carajo de tanto leer y usar la laptop!

“Midoriya-kun, qué sorpresa.”












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