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XV. brick of capucchino.... ¡coffee, please!

Epílogo.

No quería ser egoísta. Él no era como su padre. Enji Todoroki jamás amó a su esposa, y cuando se dió cuenta de que, de hecho, lo hacía, fue demasiado tarde. Se obsesionó. No sabía perder.

Shouto no quería verse a sí mismo reflejado, pero simplemente... Sentía que no sabía cuando desistir. Estar de novio con Midoriya Izuku se sentía, en ocasiones, como estar saliendo con un cascarón vacío.

Él no había perdido todavía, ¿Verdad? Izuku incluso, sugirió que sería bueno intentar algo. Pero el hecho de que Todoroki no había pensado demasiado profundamente en las cicatrices irreversibles que tenía el pecoso, fue doloroso. Darse cuenta que en los ojitos de Izuku nunca habrían brillos de amor como en los propios, o que jamás podría darle un beso sin que se sintiera como si besara a un maniquí, o incluso que lo abrazos se sintiera tan fríos.

Se sentía egoísta por odiar a aquella persona a la cual Izuku amó tanto que le quitó todo. Izuku parecía no odiarlo, y eso sin dudas molestaba a Shouto. Pelearon algunas veces por eso. «¿Cómo puedes tener en consideración a alguien que te dejó tan destrozado?» le decía, e Izuku siempre respondía lo mismo:

«Aceptaste estar con alguien así de destrozado, Todoroki-kun. Y nadie me obligó a enamorarme, ¿Por qué tendría que obligar a alguien más?» entonces Todoroki se disculparía, Izuku no le daría importancia y poco tiempo después ocurriría de nuevo.

Satsuki había empezado a notar lo mucho que estresaba a Midoriya-san ésta relación. Pues al parecer, lo poco que Midoriya-san podía ofrecer no era suficiente para el corazón codicioso de Todoroki.

Fue entonces cuando decidió meterse, incluso si no le correspondía, ¿Cómo podía quedarse al margen cuando ella misma observaba cómo afectaba a Midoriya-san aquella toxicidad llamada relación?

Y con dos bricks de café decidió hablar;

Midoriya sin dudas no parecía de acuerdo en que le fuera recalcado lo que él ya sabía.

"Midoriya-san, no puedes amar a alguien más si no te amas a tí mismo."

Midoriya se veía tan vulnerable que se sintió horrible, pero no permitiría que nadie dañara aún más el alma pura de su amigo, ya había sufrido bastante. No más. "No quiero estar solo."

A Satsuki se le llenaron los ojos de lágrimas, era demasiado sensible. Ella lloraría todas las lágrimas que Midoriya no podría. "No lo estarás, siempre estaré contigo. Quiérete a tí antes que a nadie. Y si necesitas toda la vida para lograrlo, estará bien. Conseguiremos un hámster y entonces nunca jamás tendrás que estar solo."

Izuku se rió un poquito al final. "De acuerdo, Suki-chan."

Y fue la pelirosa la que acompañó a su mejor amigo hasta la inmensa puerta del 1A, próximamente 2A, esperando a que la hora de receso llegara. Al hacerlo, los ojos de todos se centraron en los dos pequeños ratones del 1E.

El cortar con Todoroki sin dudas fue una odisea, pero por suerte ahí estaba Satsuki sosteniendo el débil y frágil corazoncito de Izuku y, gracias a los pensamientos heróicos de todos en esa clase, Todoroki fue contenido por varios para evitar que dañara a Midoriya.

Kirishima Eijirou fue el que más énfasis hizo en ésta acción, pues si su bro no cuidaría al pequitas por respeto al mismo, ¡Él lo cuidaría!

Con una simple reverencia, ambos estrategas se fueron. Izuku Midoriya tenía un largo camino para dejar atrás aquellos dolorosos gladiolos rojos que tanto le habían quitado, incluso su propio amor. Pero lo arreglaría. Debía de arreglarlo. Y sino podía..., Siempre podía comprar un hámster. O un gato.

Fin. <3