Capítulo XI

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Capítulo XI - Ya no tiene futuro

Estás ahí, entre mis ganas de arriesgarme y el miedo a enamorarme. —Anónimo

Maldición, todo siempre pasa de esta manera. Las cosas van súper bien entre nosotros, de repente nos encontramos con un malentendido, puede haber sido su culpa, pero no, yo soy la que tiene que terminar llorando y disculpándose, peleamos siempre por estupideces, estoy cansada de esto. Recuerdo que la primera vez que discutimos fue un par de semanas después de la fiesta de los Castillo donde lo hicimos por primera vez —Que tendrán nuestras familias que nos tienen metidos en este embrollo—ya que él me dijo que no buscaba nada serio, me hice a la idea de que lo nuestro seria solo sexo, tipo Mila Kunis y Justin Timberlake en Friends with Benefits. Nos encontramos en la biblioteca de la Universidad, ya que yo estaba en mi carrera, buscaba libros específicos, uno de esos fue de un autor británico, no recuerdo el nombre, pero muy bueno, hablaba sobre la psicología de los dibujos, de como uno se relaciona y se siente parte de ellos, por eso mismo aprendí, dibujo y pinto como lo hago ahora.

Yo estaba en uno de los sofás de cuero por entre los pasillos diez y quince, estaba concentrada en mi lectura, cuando de pronto lo veo caminar con un paso firme y decidió hacia el área empresarial, raramente lo he visto así, pero vestía unos sensuales jeans azul celeste, unos mocasines muy al estilo Miami Vice, una playera —el no usaba playera— o yo nunca lo vi con una desde que teníamos como trece años, pero la tenía, era azul marino, con el logo de América Eagle Outfiers, se miraba tan fresco, relajado y nada arrogante a como lo es, toma uno de los libros del estante, revisa la portada y la contraportada, sonríe y levanta la mirada, me ve viéndolo, yo rápido bajo mi mirada, y continuo leyendo, o eso aparento. El camina hacia mí, lo veo de reojo y me habla.

—Bárbara. —Dice con su voz dominante.

—Nicolás. —Respondo tratando de aparentar un desinterés.

—¿Qué tal estás? —Pregunta mientras se sienta a mi lado.

—¿Te interesa? —Le digo fuertemente, el me mira con asombro. —Me refiero a que si quieres saber cómo estoy o es una forma de plantear conversación para cogerme de nuevo. —Recuerdo que estoy en una biblioteca y todo se escucha, me sonrojo, pero al parecer nadie lo ha notado.

—La verdad —Dice mientras se acerca a mis labios. —Por el momento solo te quiero coger. —Responde en un susurro y con una de esas sonrisas pervertidas.

—Entonces ve al grano. —Le digo mientras reto a sus labios besarme.

—Eso hago. —Dice y acerca su boca a la mía, yo cierro los ojos esperando un beso, de repente siento como su mano toma mi trasero por entre la corta falda azul marino que llevo puesta, un grito de asombro sale de mi boca y el me besa para que me calle, nadie nos ha puesto la menor atención. Toma mi mano, me ayuda a levantarme y caminamos hacia la salida de la biblioteca.

—Vamos a tu habitación. —Ordena con picardía.

—Es en el ala este del módulo G. —Le digo mientras me dirijo hacia mi edificio. De repente mi celular suena, el me ve con una mirada de "olvídalo estás conmigo", pero la ignoro, Kenneth aparece en mi celular y yo respondo.

—Hola Kenneth. —Digo con felicidad.

—Hola Barbie, ¿qué tal te ha ido? —Responde felizmente él.

—No puede ser, extrañaba tu voz diciéndome así. —Sonrío por un recuerdo. Kenneth era en eso tiempos uno de mis mejores amigos de la preparatoria. Llevábamos muchas clases juntos en la escuela y ambos somos espíritus libres, congeniábamos tan bien que éramos casi una pareja perfecta, excepto que nos queríamos demasiado como para mezclar una relación y cagar todo.

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