Capítulo XIX - Duele tu intermitencia
Dicen que uno siempre vuelve a los sitios en los que fue feliz. —Anónimo
Deslizo suavemente el delineador sobre mi párpado, trazando una línea precisa que realza mis ojos. Observo mi reflejo en el espejo y una sonrisa se dibuja en mi rostro. Me siento increíblemente bien, el vestido me queda a la perfección, los zapatos complementan mi look y el maquillaje resalta mis rasgos. Agrego un toque de blush en mis mejillas para darles un aspecto radiante. Estoy lista para disfrutar de la noche.
La presentación de las obras es en un par de horas, mi madre aún no está lista, pero ella puede llegar hasta el opening, yo tengo que estar antes como artista y presentadora de mis dibujos.
Me despido de ella, le indico que un auto que Nicolás amablemente mando esperará por ella y la dirigirá a la galería, salgo corriendo del apartamento, voy retrasada. Subo al ascensor y siento que es eterno, cuando llego al lobby, salgo rápidamente y tomo un taxi.
Le indicó la dirección, pero hay un tráfico del demonio, imposible pasar rápido. Me tranquilizo, no hay nada que pueda hacer, más que esperar, tomo mi celular y veo.
Nicolás, 5:38 PM: Te veo en la noche, espero llegar a tiempo para comprar una de tus obras, me intriga mucho conocer tu pasión.
Bárbara, 5:40 PM: Muchas gracias, mi amor, pero no lo hagas por favor. Es incomodo que tengas que pagar por algo que puedo hacer gratis para ti.
Espero un momento y solo lo lee, sin más y se desconecta. Amo esa manía suya de dejarme con la duda de que pensara a cada momento, de que pasa por su pequeño mundo de control y pasión, de conocer sus más oscuros secretos para apreciarlos, mimarlos y entenderlos, porque estoy más que dispuesta a conocer y amar sus demonios.
Llegando a la galería, me bajo rápido del coche y pago. Corro adentro y veo que todos están nerviosos y aturdidos, trato de no comportarme igual y reviso mi área, impecable, las luces quedaron perfectas en su tono tenue para que se aprecien las obras de la mejor manera, han hecho placas con nombre para cada una de ellas, marcos a la medida, detallados con líneas uniformes que le dan un perfecto relieve al dibujo.
De repente, Eleanor nos llama a todos y nos junta en la entrada, faltan diez minutos para que la galería abra sus puertas y la exposición se convierta en una de las subastas más importantes de la cuidad. Afuera hay muchos periodistas esperando a entrevistar a medio mundo, tratando de saturar el área de cultura en los periódicos, queriendo escribir lo que solo la vista puede entender.
—Señores. —Dice reuniéndonos a todos. —Esta es la gran noche para todos, después de meses de preparación, años de experiencia, los elegidos han dado todo para que esta noche sea más que perfecta, están aquí porque son los mejores y es el momento de demostrarlo. Se presentarán las subastas de las preferidas en orden alfabético por artista, son pocos, pero buenas obras. —Todos aplauden y ella sonríe, esta es la gran noche para los artistas, el festival de arte de la ciudad acaba de empezar, este es solo el comienzo, empiezo a dudar de la emoción.
—Les tengo una sorpresa. —Dice con cautela. —El señor Boris Zamora, el gran empresario español, accionista de más de veinte empresas reconocidas internacionalmente estará aquí hoy, vera las obras, y al final de la noche escogerá una en la subasta, solamente una, y atacara con todo para obtenerla, empezará a apostar con cinco mil dólares, la elegida será expuesta en uno de sus museos en Barcelona, ¿saben de cuanta fama y fortuna estoy hablando no? —pregunta y todos se asombran, es algo espectacular, sé que todos deseamos ser los elegidos y de verdad que esta noche espero ser yo.
Abren las puertas de la galería y entran decenas de personas, las cámaras salen a flote, los flashazos te ciegan, me alejo hacia mi rincón, "el escondido" dice Eleanor, es solitario, pero es donde se pueden apreciar mejor las obras, tomo una copa de champán de uno de los meseros y me la tomo a fondo, esta noche será larga.
La gente pasa, observa, comenta, critica y se identifica, he visto varias mujeres que se identifican con el desnudo que hice, una mujer totalmente marcada por la violencia, desnuda, amordazada, controlada entre miles de espinas y rosas rojas, pero que es difícil de ver, la abstracción solo la notas si te sientes como se siente la obra. Por eso adoro el arte de Dalí, me siento pérdida en el surrealismo, siempre marcando las seis.
Veo como ellas miran el tormento, se sienten dolidas, saben que su vida es un fraude y se lamentan por ello, porque su matrimonio quizá no es lo que de niñas una vez soñaron, porque sus días se limitan a fingir. No conocen el amor y la pasión con viento en popa.
Sigo bebiendo y observando entre el público, me entrevistan varios reporteros, respondo elegante y sutilmente.
—En mis obras verán, lo que deseen sentir. —Rápido anotan lo anterior y me marcho, han pasado ya tres horas, logre ver a mi madre platicando, Melissa llego a saludarme, Adam y su novio se tomaron varias fotos conmigo, pero no hay rastro de Nicolás, ni siquiera en mi celular.
—Señores, público presente, es hora comenzar la subasta de arte en esta galería, este año se ven muchas obras y muchos artistas jóvenes, se aprecia el talento y se paga bien por ello. —Todo el público aplaude. —Caminemos hacia el auditorio de la galería, tomen asiento y compremos. —Dice mientras levanta su copa, todos la siguen y beben un sorbo. Caminan y se acomodan, los artistas estamos en primera fila, empieza el desgaste de dinero.
—La obra se titula Mares de pasión. —Dice el señor que muestra la obra. —Es del artista Jacob Belsúe, empieza con diez mil. —y alguien levanta su mano con un cartel ofreciendo quince mil. — ¿Quince mil alguien da veinte mil? Quiero ver veinte mil. —y otro hombre los ofrece, pasa poco tiempo, no pelean mucho por la obra que se termina vendiendo en treinta y cinco mil billetes.
Reviso a cada momento mi celular, se venden cuatro o cinco obras más, de verdad no presto atención, quiero saber por qué Nicolás no está acá, son casi las once de la noche, salgo del auditorio hasta afuera de la galería y le marco.
—Estoy ocupado, te marco luego. —Dice y cuelga. ¿Está ocupado el día más importante de mi vida, el día en que lo necesito? No puede ser posible, es tan egoísta.
Bárbara, 10:47 PM: ¿Quiero saber que mierda es más importante que mi exposición, que acompañar a tu novia, que apoyarme?
Nicolás, 10:52 PM: —Estoy en una reunión, te llamo en cinco minutos. —
¿Reunión a las once de la noche? Siempre con sus juegos, siempre ese aire de misterio que me vuelve loca. Lo entiendo si alguna vez me deja plantada en casa, si se olvida de responder, si no llama, pero lo mínimo que podría hacer es avisar si no va a venir. Mi celular suena, su foto ilumina la pantalla, no puedo resistirme y contesto.
—Aló. —Dice.
—Haber, explícame. —Le digo con lágrimas en los ojos.
—Tuve un retraso, no pude llegar. —Dice.
—Si no me dices no me doy cuenta, ¿por qué putas no avisaste? —Le digo histérica.
—Cálmate Bárbara. —Me ordena.
—No Nicolás, me harte. —Le digo entre sollozos. —Esta fue la peor de las cosas que me pudiste haber hecho. —Le respondo.
—Tranquilízate quieres, no es para tanto... —Dice y grito.
—¿No lo es? ¡Es la noche más importante de mi carrera Nicolás, ¿cómo no será para tanto?! —Mis lágrimas caen más rápido, mi corazón se acelera, estoy tan enojada.
—Lamento estar ausente y que eso te duela. —Dice tranquilamente.
—No Nicolás, no me duele tu ausencia, me duele tu intermitencia. —Respiro hondo, las palabras se acumulan en mi boca como las lágrimas en mis ojos, todo sale sin que lo desee, solo se liberan. —No te quedas ni te vas, y no se puede extrañar a quien no se va, mucho menos olvidar a quien se queda. —suspiro y lloro.
— ¿De qué estás hablando Bárbara? —Dice con voz sorpresiva. Mi voz ya no se quiebra, lo digo, estoy lista y segura.
—Te olvidare Nicolás, se acabó. —y cuelgo.
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Mi Turno
Teen FictionAntes de empezar a leer hay unas cosas que debes saber. 1. Esta no es una historia de amor. 2. La lujuria te puede controlar. 3. Contiene mucho sexo. Bárbara está harta de que su hombre siempre la domine. Que ella siempre caiga a sus pies, despu...