Capítulo XV

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Capítulo XV - Amo complacerte

No quiero un amor a medias, rasgado y partido por la mitad. He luchado y sufrido tanto, que merezco algo antero, intenso, indestructible. –Frida Kahlo

Hemos cocinado con mi madre un platillo de su familia llamado Rice & Beans, son frijoles colorados con arroz blanco y leche de coco, se acompaña con pollo guisado y plátanos fritos, es algo muy del caribe.

Me termino de arreglar y mi madre empieza a maquillarse, yo me he puesto una linda falda color rosa pastel con una camiseta blanca de cuello redondo, he dejado que mi cabello seque naturalmente. He decidido no aplicarme maquillaje.

Camino a la cocina y empiezo a servir la mesa, me pone nerviosa todo lo que mi madre puede preguntarle a Nicolás, no quiero que lo agobie y atormente. También estoy algo nerviosa porque mañana es la presentación en la galería, sé que soy una profesional y pues mis obras son buenas, se venderán todas a buen precio, pero estará Nicolás ahí, por primera vez en años vera lo que pinto.

Al terminar me dirijo a la habitación y hablo con mi madre.

—Hey, quiero pedirte algo. —Le digo preocupada.

—Dime amor. —Contesta, siempre tan dulce.

—No agobies a Nicolás por favor. —susurro.

— ¿A qué te refieres? —Pregunta sonriendo.

—A que no quiero que lo invadas de preguntas o de anécdotas, por favor se lo mas formal posible. —Pido en tono de súplica.

—Hija, conozco a Nicolás desde que estuvo en pañales, sabes que los Bosque son muy buenos amigos de tu padre y míos. —Dice.

—Lo sé, pero en serio quiero que esta noche sea perfecta. —Le pido.

—Está bien, intentaré. —Responde con tranquilidad

—Gracias mamá. —Le digo y salgo de la habitación, en serio me preocupa que no se mida al hablar y termine contándole cosas ridículas. Me atormento por todo lo que pienso y decido destapar una de las botellas de vino, me sirvo una copa, tomo un sorbo y enciendo un cigarro, nada mejor para relajarme. De repente mi celular suena y veo que es Mario.

—Aló. —Preguntó.

—Hola, princesa ¿qué tal estás? —Dice al otro lado del teléfono.

—Muy bien, ¿qué tal tú? —Respondo sutilmente.

—Fantástico, quería comentarte que tengo autorización para usar el restaurante mañana por la noche, reserve dos mesas para tu familia y les cocinare después de la exposición. —Me comenta.

—¡Por Dios! ¿Estás hablando enserio? —Le digo emocionada.

—Si claro, es mi regalo por ser una excelente artista Bárbara, te veo mañana. —Dice coquetamente.

—Gracias vecino. —Le digo con una risa picara y cuelgo, esto es perfecto, no tenía planeado nada más que un par de copas en mi casa, por eso compre cinco botellas de vino, bueno cuatro menos la que ya abrí. Doy otro par de sorbos y me termino mi cigarro, veo mi celular y le escribo un texto a Melissa y Adam.

Bárbara, 7:22 PM: Los espero mañana en la exposición a las 8:00 PM ya lo saben, y al terminar nos dirigiremos al restaurante del Hilton, tengo una reservación para una pequeña cena que un amigo organizo, espero les agrade.

Melissa, 7:24PM: Amor, ahí estaré y lo sabes. Te amo demasiado, me cuentas luego como te fue esta noche.

Bárbara, 7:26 PM: Gracias hermosa, te veo mañana y te cuento todo, descansa, te amo.

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