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Despierto incómoda, con el cuerpo lleno de sudor, jadeando y una gran cantidad de humedad entre mis piernas.

Debo arreglar éste problema lo más pronto posible

Me dirijo al baño y me hecho una ducha fría, pero las caricias de mis dos profesores no se borran de mi piel, no les daré el gusto de tocarme a nombre de ellos. Debo comportarme como una mujer madura y es aquí donde me pregunto ¿Ellas no tendrán este mismo problema en algún momento?.

Enjuago el boxer para eliminar todo rastro de humedad y lo dejo guindado, salgo envuelta en una toalla y empiezo a cambiarme con la misma ropa que tenia ayer.

Por lo menos esta vez no esta rota

Mi celular suena, se encuentra en la mesita de noche, así que con el pantalón puesto y desnuda de la cintura para arriba me acuesto en la cama boca abajo y reviso el teléfono.

Mike
-¿Desayunamos en la cafetería?

Frunzo mis labios, e sido una mala amiga vuelvo a repetirlo, incluso me he olvidado de escribirle a Mike y recuerdo que queria darle un bocadillo como agradecimiento, pero no tengo mucho dinero.

Anne
-Perdón, pero saldré con Trish. Si quieres cenamos pizza en mi habitación hoy

Me muerdo el labio nerviosa, ¿Está mal invitar a un chico a su habitación en plena noche? No lo creo Mike es mi amigo, es respetuoso conmigo y es un chico increible. Solo comeremos, quizás veamos alguna película y luego él se marchará a su departamento.

Mike
-Me parece bien, pero ¿No tienes clases hoy?

Anne

-Si, pero necesito despejar la mente

No respondo más, me doy media vuelta y recojo mi brasier para podermelo poner, pero la puerta se abre de inmediato.

—Amore, vas tar... —Axel se queda mirándome con los ojos abiertos y yo me llevo el brazo a mis pechos para taparmelos.

No grito, ya me los ha visto, pero me pongo nerviosa no es que este acostumbrada a mostrarlos tan seguido, además de que ¿¡Cómo se me ocurre estar de está manera en una casa ajena!?.

La mirada de Axel se oscurece y entra cerrando la puerta a su espalda, mi respiración se corta y aprieto mis piernas con las sensaciones que emergen de mí. Se detiene a pocos centímetros y elevo la mirada para observar su rostro, está neutro, pero sus ojos se dilatan, sus labios están húmedos y su rostro demuestra el deseo que tiene. Mis mejillas se calientan involuntariamente.

Él se sienta en la cama y agarra mis caderas para acercarme, pego un brinco cuando sus manos tocan la piel desnuda de mi cintura.

—No me prives la vista, Anne —Susurra con voz ronca, con todas mis fuerzas bajo mi brazo dejando a la vista mis pechos, los pezones estan erectos y jadeo cuando Axel los envuelve con sus manos amazandolos con delicadeza. —Son preciosos y deliciosos —Dice metiéndose uno a la boca.

Chupa, lame y mordisquea el montículo sensible, yo solo jadeo agarrando su cabello y atrayendolo más. Me sujeta con fuerza dándome la media vuelta y dejándome caer en la cama de espaldas, se sube en mi y me besa. Su beso es suave, lleno de pasión, de deseo, su lengua se adentra a mi boca y abro mis piernas para que se acerque más, para poder sentir con más fuerza todo lo que está explotando en mi interior.

Siento como empieza a moverse y a pesar de la ropa siento el bulto entre su pierna y que hace fricción con mi vagina. Todo es de colores, rojos, verdes, rosados, amarillos, morados, negros, blancos. Tantos colores a mi alrededor que se siente que estoy en el cielo, en el paraiso, cruzando un arcoiris, la sensación de algo exitante, nuevo y emocionante a la vez.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora