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Mike esta con la boca tensa, sus manos estan hecho puños y su mandíbula esta tan apretada que imagino sus dientes partirse por la fuerza en que presiona, una vena en su frente palpita y sus mejillas están rojas de lo molesto que está.

Me remuevo incómoda, no ha dejado de mirarme desde que termine de explicarle lo que sucedió, no ha dejado de mirarme desde hace como un minuto, ¿Estará pensando en formas tortuosas de cobrarselas con mis profesores?.

—Di algo —Susurro removiendome y mirándolo asustada.

—Son. Unos. Hijos. De. Puta —Me estremezco al escucharlo, su voz es suave, pero tensa.

Cierra los ojos y suspira intentando calmarse y creo que lo consigue porque cuando los abre ya no hay ira sino preocupación.

Se levanta y empieza a caminar hacia el fondo del lugar donde hay un minibar hermoso de madera oscura; lo miro confundida, observo como sirve dos vasos y se acerca entregandome uno.

—Pense que no podías tomar —Le digo intentando relajar el ambiente.

Mi mejor amigo se deja caer en el sillón y me mira nuevamente —¿Estás segura de lo que haces, Anne?

Es mi turno de quedarme mirándolo, se preocupa por mi y eso hace que un nudo se me forme en la garganta y se me dificulte tragar saliva, sus ojos claros brillan con rabia, preocupación, lástima, cariño. Son tantos las emociones que deja ver en sus ojos que me marean un poco.

Me recuerda a Alex, ese hombre alto, imponente, moreno, de unos hermosos ojos verdes, de una sonrisa pícara y seductora, de unas miradas cómplices y llenas de un deseo. Esos ojos que muestran más de lo que su rostro refleja, por eso dicen que los ojos son la puerta del alma y la mayoría de personas muestran sus emociones con tan solo una mirada, bueno a excepción de otras como Axel quién es un libro cerrado, parece uno de esos diarios con candado, es difícil saber lo que piensa.

—¿Anne? —Miro nuevamente a Mike parpadeando.

¿Qué había preguntado?, ah si.

—No se que quieres que te diga —Le respondo con sinceridad —Hablamos los tres y quede en ayudarlos, hablamos de que «fingiria» ser la pareja de ellos, hablamos sobre que no habría amor de por medio...

—Pero si de que habría fidelidad —Replica con mordacidad.

—Mike, ¿Que fidelidad abra en una relación... Que no es una relación? —Pregunto frunciendo el ceño —Se lo que vi, pero no se la razón.

—Yo te diré la maldita razón —Se pone de pie y camina de un lado a otro —Axel estaba cerca de Nadia porque lo queria, seguro le atrae...

—Si le atrayera —Lo interrumpo con demasiada calma —... Si le atrayera se fuese dejado besar de Nadia, pero se alejo cuando ella iba a besarlo.

—¿De verdad lo estas defendiendo? —Dice incrédulo —¿Y que escusa diras de Alex?

Me encojo de hombros —Ninguna porque no se lo que estaba pasando, ella no lo estaba tocando y él tampoco. —La boca de Mike se abre sorprendido y aunque me dan ganas de reirme tengo el suficiente sentido común para no hacerlo —Además lo mejor seria esperar a que ellos se expliquen.

—Pero Anne...

—No —Levanto la mano para hacerlo callar —Merecen que los deje explicarse, esta mañana Alex me encontró en una situación que podría verse muy comprometedora contigo y aunque al principio lo vio mal dejo que le explicará el porque tu presencia, asi que no puedo hacer más que escucharlos.

—Soy tu amigo...

—Si, pero ellos no lo sabían.

—No debías esplicarle nada, ¿No se supone que es una relación, no relación?.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora